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Vyvianna Quinonez, una mujer que golpeó a una azafata de Southwest Airlines en un vuelo con destino a San Diego en 2021, fue condenada a 15 meses de prisión y pagará casi $26,000 dólares en restitución por el ataque, dictaminó un juez el viernes pasado. También deberá pasar tres años en libertad supervisada.
“Mientras esté en libertad supervisada, a Quiñonez se le prohibirá volar en aviones comerciales y deberá participar en clases de manejo de la ira o asesoramiento, entre otras condiciones”, dijo en un comunicado el Departamento de Justicia del Distrito Sur de California.
El año pasado, Quiñonez se declaró culpable de un cargo de interferencia con miembros de la tripulación de vuelo y asistentes, admitiendo que agredió a una azafata golpeándola en la cara y la cabeza con el puño cerrado y agarrándola del cabello en un vuelo de Sacramento a San Diego.
Un portavoz de la aerolínea dijo que ella “creó un problema a bordo del vuelo 700 que puso en peligro a todo el vuelo y creó un ambiente inseguro”.
Así fue la agresión a la azafata
Michelle Mener, quien grabó el video, dice que ambas discutían verbalmente por la política de usar cubrebocas a bordo del avión y todo se intensificó cuando le pidió mantener abrochado su cinturón de seguridad mientras el avión estaba en movimiento.
Fue entonces cuando Vyvianna Quinonez soltó puñetazos a la azafata. Le sangró el rostro y le tiró dos dientes, a pesar de que un pasajero intentó separarlas.
La pasajera ignoró repetidamente las instrucciones estándar a bordo del vuelo 700 y se volvió verbal y físicamente abusiva al aterrizar. Fue detenida y se le prohibió volver a viajar con Southwest Airlines.
Por su parte, la azafata fue llevada al hospital por sufrir varias lesiones: tres de sus dientes quedaron astillados y luego dos de ellos fueron reemplazados por coronas. El ojo izquierdo le quedó hinchado y sufrió un corte en el párpado que requirió tres puntos. Además le quedaron moretones en el antebrazo derecho.
En los documentos judiciales quedó asentado que “Quiñonez no cumplió cuando una azafata le indicó que se abrochara el cinturón de seguridad. Poco tiempo después, otra azafata le indicó que se lo abrochara, guardara la mesa de la bandeja por su propia seguridad y que usara el cubrebocas correctamente. Quiñonez no cumplió y le respondió a la azafata mientras gritaba blasfemias”.
La pena máxima por interferir con los miembros de la tripulación de vuelo y los asistentes es de 20 años de prisión y una multa de $250,000 según la ley federal.
“La sentencia de hoy debería enviar un mensaje muy fuerte a los viajeros aéreos: el FBI perseguirá enérgicamente a cualquiera que agreda o interfiera con las tripulaciones de vuelo”, dijo la agente especial a cargo del FBI, Stacey Moy.