Una maestra de Florida hospitalizada con COVID-19 ha muerto después que su esposo trató infructuosamente por medios judiciales obligar a los médicos a tratarla con ivermectin, un medicamento popular entre los escépticos de los tratamientos aceptados a pesar de la falta de estudios que demuestren su eficacia.
Tamara Drock murió el viernes, 12 semanas después de quedar hospitalizada en el Centro Médico Palm Beach Gardens, dijo Ryan Drock al diario Palm Beach Post.
El mes pasado demandó al hospital para tratar de obligar a los médicos a darle ivermectin, un medicamento que se usa para tratar los trastornos provocados por parásitos. La Administración de Alimentos y Medicamentos no ha aprobado la droga para el tratamiento de COVID-19 porque no ha resultado efectiva, dice, en las pruebas preclínicas.
El juez James Nutt rechazó la demanda de Drock, según dijo, porque permitir que un juez invalide la decisión de un médico sentaría un precedente peligroso.
Exhortó a los Drock y al hospital a llegar a un acuerdo por su cuenta. Un acuerdo fracasó cuando un médico aceptó suministrar ivermectin a una dosis que el abogado de la familia consideró demasiado baja, informó el Post.
Tenet Healthcare, propietaria del hospital, no respondió a los pedidos de declaraciones, dijo el diario.
Ryan Drock, que se contagió el COVID y se recuperó, dijo que no cejará en sus esfuerzos.
“Espero que le pongan su nombre a una ley para que nadie más tenga que pasar por esto”, dijo Drock. “Si hubiera salido del hospital, hubiera podido obtener el medicamento”.