No son venenosas ni dañan a los humanos. Tampoco suponen una amenaza real para el resto de los seres vivos. Pero las cigarras están dando mucho que hablar en Estados Unidos tras 17 años de vida subterránea.
Una invasión de estos insectos se espera en estos días de mayo en una quincena de estados del este del país, pero especialmente en el área metropolitana de la capital federal, Washington, donde muchos intercambian consejos sobre cómo evitarlas en parques y jardines, y otros esperan probarlas en creativas recetas.
Diferentes a las chicharras verdes de aparición anual, estas, llamadas Brood X, son una de las 15 camadas de cigarras periódicas que viven en las zonas boscosas de Pensilvania a Georgia. Y con hasta tres centímetros de largo y grandes ojos rojos saltones, estas cigarras amarronadas también son las más grandes.
Al cumplirse este año su período de incubación bajo tierra, miles de millones de ninfas que han estado nutriéndose de las raíces de los árboles desde 2004 saldrán a la superficie a cumplir su ciclo vital, impulsadas por las temperaturas cada vez más cálidas de la primavera boreal.
"Una vez que comiencen a emerger en grandes cantidades, esperamos que comiencen a cantar, aparearse, poner huevos y morir en un plazo de cuatro a seis semanas", explicó a la AFP Daniel Gruner, profesor de entomología de la Universidad de Maryland.
El ruido ensordecedor de los machos cortejando a las hembras se escuchó por última vez cuando George W. Bush era el presidente de Estados Unidos, Facebook acababa de crearse y Atenas se preparaba para ser sede de los Juegos Olímpicos de Verano.
El fenómeno de las cigarras Brood X emociona a muchos en los medios de comunicación, las redes sociales y las conversaciones de vecindario.
"¡El primer día que puedo escuchar el coro de las cigarras! Esto está a punto de ponerse ruidoso", tuiteó Tim Pfeiffer, quien confesó a AFP que "son un poco asquerosas como ninfas (...) pero ver a algunas transformarse en adultos en menos de una hora es fascinante".
Este joven 28 años que vive en Silver Spring, Maryland, en las afueras de Washington, publicó videos en Twitter de enjambres de cigarras en su porche.
"Consiga un protector facial, use una gorra, lleve un matamoscas, mantenga las ventanas cerradas mientras conduce", aconseja un usuario de la red social de vecinos Nextdoor.
También se recomienda precaución al montar en bicicleta, porque las cigarras atropelladas pueden volver resbaladizas las vías, e incluso causar accidentes.
"¡Estoy bastante segura de que una chocó contra mi casco y voy a pedalear con la boca cerrada de ahora en más!", dijo una ciclista tras su incidente en el Rock Creek Park en Washington.
Pero más allá del ruido molesto, y de que pueden dañar a algunas plantas y arbustos, las cigarras no afectan a los árboles y no presentan un problema mayor.
"No morderán ni picarán. No se llevarán a los niños pequeños o a los perros como los monos en 'El mago de Oz'", dijo Michael Raupp, uno de los principales expertos en cigarras del país, a la filial de CBS en Baltimore.
Tampoco perturbarán las comidas al aire libre. "No les interesan las hamburguesas ni los perritos calientes", agregó entre risas.
Sin embargo ellas mismas terminarán en muchos platos, para ser degustadas.
Los cocineros audaces pueden consultar en internet las recetas elaboradas en 2004 por la bióloga Jenna Jadin: desde pastel de ruibarbo con cigarras hasta salteado de cigarras con hongos, las hay para todos los gustos.
Los curiosos que prefieran ordenarlas en restaurantes también pueden ir a probarlas a Leesburg, Virginia. Allí, el chef Tobias Padovano prometió agregar tacos de cigarra al menú de su restaurante, donde ya ofrece tacos con chapulines.
Según dijo al diario Loudoun Times, "las cigarras son especiales porque saben a camarones y son una forma sostenible de comer proteínas".
El condado de Loudoun, a unos 40 km de Washington, se prepara para vivir la experiencia de las cigarras con eventos varios. La oficina de turismo ofrece un paseo para buscarlas y observarlas, venta de bombones de chocolate o de artesanías en cerámica con forma de chicharra, y hasta cócteles inspirados en estos insectos.
Y para almas aventureras con espíritu científico, los expertos sugieren la aplicación Cicada Safari, que permite ubicar a las cigarras con información que se remonta al siglo XIX.