Este viernes, el Gobierno de México acusó a la Cámara de Representantes de Estados Unidos de racismo por aprobar la ley que retoma la construcción del muro fronterizo iniciado por Donald Trump (2017-2021) y por implementar nuevas medidas antiinmigrantes.
"Todo esto está impulsado por las elecciones del próximo año. Entonces, ¿cuál es el fundamento de estas ideas promovidas por quienes impulsan esto? ¿Qué sostiene estas ideas? El racismo en contra de los mexicanos y, en general, todos los hablantes de español," declaró el Canciller mexicano, Marcelo Ebrard.
Durante la conferencia matutina gubernamental, Ebrard criticó el proyecto de ley promovido por el legislador republicano de Florida Mario Díaz-Balart, que reanuda las obras del muro, reduce aún más los procesos de asilo y autoriza el uso de drones 24 horas en la frontera con México.
La propuesta se aprobó con 219 votos a favor de los republicanos y 213 en contra; sin embargo, es improbable que tenga éxito, ya que el Senado está bajo control demócrata y el presidente Joe Biden anunció que la vetaría.
Por esta razón, el Canciller acusó a los republicanos de persistir con esta ley "para obtener ventajas políticas" de cara a las elecciones de 2024.
"Obviamente, rechazamos esto, pero es importante que la opinión pública entienda de qué se trata: sacar ventaja política, aprovechar el flujo migratorio, culpar a México mientras prepara su campaña político-electoral, porque el único fundamento de ese partido hoy en día es el racismo", afirmó.
Ebrard aseguró que los republicanos están difundiendo "una serie de mentiras", como que los migrantes trafican fentanilo, y reafirmó que "sus planteamientos son inaceptables para México".
"Esto provocaría una crisis entre los dos socios principales. Estados Unidos es el mercado principal del mundo y México es el socio principal de Estados Unidos. Sería como si nos disparáramos en el pie mutuamente. Vamos a decir: es absurdo", expresó.
El Canciller también condenó las declaraciones del senador republicano John Kennedy, quien afirmó que México estaría consumiendo "comida para gatos" sin el apoyo de Estados Unidos y exigió a la Agencia Antidrogas (DEA) que presione para utilizar militares estadounidenses contra cárteles mexicanos.
"Esta es una estrategia racista y falsa en contra de nuestro país y lo seguiremos diciendo claramente, porque si nos quedamos callados, estaríamos permitiendo que pisoteen nuestro orgullo nacional", señaló Ebrard.
Por su parte, el presidente Andrés Manuel López Obrador reiteró que pedirá a los mexicanos en Estados Unidos, donde viven aproximadamente 38 millones, que no voten por este tipo de políticos.
"Queremos decirles a nuestros paisanos, a los hispanos, a nuestros amigos estadounidenses que no voten por personas con esta mentalidad, muy arrogantes, muy ofensivas y muy groseras", concluyó López Obrador.