La capacidad del ser humano para explorar y comprender el vasto universo que nos rodea nunca deja de sorprendernos. Recientemente, el telescopio espacial James Webb, una de las herramientas más avanzadas en el campo de la astronomía, ha hecho un descubrimiento sin precedentes. Ha detectado moléculas orgánicas complejas en la galaxia más lejana hasta ahora conocida, una galaxia que se formó hace aproximadamente mil 500 millones de años después del Big Bang.
El hallazgo se centra en la detección de hidrocarburos aromáticos policíclicos, un grupo de más de cien sustancias químicas que en la Tierra se forman durante la combustión incompleta de materiales como el carbón o el petróleo. Lo fascinante es que estas moléculas se encontraron en una galaxia tan primitiva, lo que indica que se están produciendo procesos complejos en lugares muy remotos del universo.
Los científicos, encabezados por la Universidad A&M de Texas (Estados Unidos), sugieren que este descubrimiento demuestra que las galaxias primitivas están experimentando una rápida formación de nuevas estrellas.
En la Tierra, la presencia de estas grandes moléculas se asocia a menudo con la formación estelar. Según Justin Spilker, líder de la investigación, "en cualquier lugar donde se vean estas moléculas, también hay estrellas naciendo".
Sin embargo, las imágenes de alta definición captadas por el telescopio James Webb revelan algo intrigante. Se han identificado regiones con la presencia de estas moléculas, pero sin evidencia de formación estelar. Del mismo modo, se han encontrado áreas con nuevas estrellas en formación, pero sin la presencia de estas moléculas. Esto indica que la emisión de estas moléculas no es uniforme en toda la galaxia y está relacionada con la luz emitida por las estrellas y los granos de polvo galáctico.
Este descubrimiento plantea una pregunta interesante: ¿es realmente cierto que donde hay humo, hay fuego?
Los científicos ahora se preguntan si pueden encontrar galaxias tan jóvenes que aún no hayan tenido tiempo de formar moléculas complejas como estas. En otras palabras, ¿podría haber galaxias donde solo exista el fuego de las estrellas sin la presencia de humo, es decir, sin la emisión de estas moléculas?
Mientras seguimos asimilando este impresionante descubrimiento del telescopio espacial James Webb, también hoy se han publicado los últimos hallazgos del telescopio Kepler de la NASA.
Aunque Kepler dejó de estar en servicio en 2018, astrofísicos y ciudadanos científicos han revisado todos los datos generados por este telescopio y han identificado un trío de exoplanetas que podrían ser algunos de los últimos planetas observados por Kepler durante su misión de casi una década.
Estos planetas son particularmente interesantes porque tienen un tamaño que oscila entre el de la Tierra y Neptuno, y orbitan en estrecha proximidad a sus estrellas. Según Elyse Incha de la Universidad de Wisconsin-Madison “demuestra lo bueno que era Kepler en la búsqueda de planetas, incluso al final de su vida".