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Con dos visiones distintas del país, Joe Biden y Donald Trump entran a la fase previa a las elecciones que definirán al próximo presidente de Estados Unidos.
Se enfrentan en un contexto atípico, marcado por la pandemia de coronavirus, una crisis económica profunda y una sociedad que exige igualdad racial tanto en las calles como en las plataformas virtuales.
La doctora Estefanía Cruz Lera, del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN) de la UNAM, evalúa cómo llegan los candidatos a la recta final de la campaña electoral.
La pandemia que cambió el escenario electoral
En entrevista con Vive USA de El Universal, la doctora en Relaciones Internacionales explica que Estados Unidos se enfrenta a una de las elecciones más atípicas: las primarias demócratas fueron sumamente competitivas, el presidente tiene bajas tasas de aceptación (40%) y la recesión económica global afecta al país en todos los sectores.
Pero la emergencia sanitaria también cambió los temas que los ciudadanos tomarán en cuenta a la hora tomar una postura partidista.
“Si hace un año pensábamos que habría otros asuntos sobre cómo Estados Unidos iba a dirigir su futuro, ahora los temas de las plataformas políticas de ambos candidatos tienen que ver con salud pública y con recuperación económica, resultados de la pandemia”, señala.
Están sobre la mesa temas que se relacionaban con posturas radicales: la justicia racial, la reforma al sistema de justicia criminal, a la policía y al sistema de salud. Sin dejar de lado, la atención a la primera infancia y la renta básica.
El confinamiento y la emergencia sanitaria también pueden tener un efecto negativo entre quienes están cansados y preocupados por los problemas de trabajo y económicos. Quienes lo último que quieren escuchar son más promesas políticas.
“Pero lo que más puede afectar es el caso del voto por correo. El voto por correo se ha vuelto una alternativa en Estados Unidos muy viable, pero el presidente Trump ha descalificado el mecanismo e incluso ha obstaculizado a los estados que hicieron reformas”, apunta Cruz Lera.
Lee: ¿Qué es el voto por correo, cómo ejercerlo y cuáles son los plazos?
“Es arriesgado decir que Trump está derrotado”
Aunque la pandemia, la crisis de violencia y desigualdad racial parecen ser la “tormenta perfecta” para debilitar a Trump, Estefanía Cruz Lera sugiere mesura al respecto. Las elecciones estadounidenses son indirectas y el Colegio Electoral puede impactar con resultados diferentes al voto popular, como fue el caso de 2016.
“Es muy arriesgado decir que Trump está totalmente derrotado porque sólo una combinación precisa de condados clave y de estados batalla van a darle la victoria al próximo presidente de Estados Unidos”, explica.
La escena electoral de Estados Unidos está ampliamente dominada por dos partidos: el Republicano y el Demócrata. Históricamente, hay estados donde predomina el apoyo a una de estas dos opciones.
Por ejemplo, los demócratas casi siempre ganan en California las elecciones presidenciales y los republicanos Arkansas.
Sin embargo, algunas entidades tienen una competencia mucho más reñida. A los estados donde el electorado está relativamente dividido por igual entre republicanos y demócratas se les llama swing states, estados batalla o estados bisagra.
Son fundamentales para la elección porque pueden hacer la diferencia y definir al candidato con más votos electorales, se necesitan 270 para ganar.
Estefanía Cruz Lera señala que, para este 2020, Wisconsin es un escenario batalla (tiene 10 votos electorales. También lo son algunos suburbios de las grandes ciudades en el estado de Pensilvania que se inclinaron por Donald Trump en 2016 y ahora están desencantados por cómo ha llevado la política. Pensilvania tiene 20 votos de los 270 necesarios para definir al ganador.
Sobre si Texas, con gran tradición republicana, está a punto de ser swing state, explica:
“El asunto con Texas es que la parte sur del estado se está volviendo azul [demócrata], pero todavía las grandes ciudades y las élites políticas siguen dominadas por los republicanos. Es un estado bastión que van a defender los republicanos fuertemente”.
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Donald Trump busca la reelección, pero sin valores republicanos
Durante cuatro años en la Casa Blanca, Donald Trump ha gobernado como un autócrata. Su hija Ivanka Trump dijo en la Convención Nacional Republicana que Washington D.C. no cambió a Donald Trump, sino que Donald Trump cambió a Washington. Y es cierto.
Cruz Lera, experta en política estadounidense, considera que el presidente hizo política Trumpista, pero dejó atrás los valores del Partido Republicano, mismo que atraviesa una crisis de identidad.
“El Partido Republicano tiene una crisis de identidad. No se despegan otros políticos haciendo contrapeso a Donald Trump. La Convención fue una celebración del Trumpismo y no de los valores republicanos: la ética política, la racionalidad fiscal. El Partido Republicano había sido un partido de clases medias y parece que ahora se han olvidado de este sector”.
Para la investigadora, la campaña de Trump es bastante predecible: los mismos enemigos, el discurso agresivo para denostar a los contrincantes políticos y su incesante golpeteo a la prensa.
Pero advierte que el presidente puede perder el apoyo de los blancos moderados de clase media que lo apoyaron en 2016, cuando era un outsider de la política, pero hoy están cansados de la confrontación.
La experiencia política de Biden como fortaleza ante Trump
Enfrentar a Donald Trump y a su base electoral no es sencillo. Pero Joe Biden ha avanzado en su campaña política hasta cerrar la brecha con su contrincante. Algunas encuestas indican que lo ha superado.
—¿Cuáles son las fortalezas de Joe Biden ante Trump?
—Una de sus principales fortalezas es su experiencia política. Joe Biden ha fungido cargos muy importantes tanto en el Congreso como en la Casa Blanca con Barack Obama. Otra es el respeto que tiene de parte de otros políticos dentro de su partido, que es algo de lo que adolece Donald Trump. Hay muchísimo respaldo del partido. Hay un potencial unificador entre los demócratas. Además tiene un plan de recuperación económica., responde Estefanía Cruz.
Kamala Harris revitaliza la campaña de Joe Biden
En agosto, Joe Biden anunció que Kamala Harris será su vicepresidenta en caso de que gane las elecciones de 2020 y, de inmediato, la californiana inyectó energía a la fórmula.
“Kamala Harris ha llegado a revitalizar su campaña política. Muchas cosas que se le criticaban a Joe Biden, como su parsimonia, su incapacidad de dar discursos inspiradores a grandes mayorías y falta de originalidad política, han sido llenadas por Kamala Harris”, anota la experta del CISAN.
Aunque se ve a Kamala Harris como un referente para el voto afroamericano y migrante, la ex fiscal de San Francisco puede sumar más votos de otros sectores, como los jóvenes de los suburbios y las mujeres profesionistas que Hillary Clinton no convenció.
Si llega a ser vicepresidenta, Harris tiene amplias posibilidades de buscar la presidencia en 2024. Joe Biden tiene 77 años y puede ser difícil que busque un segundo mandato si llega a ganar éste de 2020.
“Kamala Harris es una persona que había tenido muchísima experiencia en la política local. Recientemente ingresó al Senado y de ahí saltó a buscar la presidencia y ahora la vicepresidencia de Estados Unidos. Tiene muchísimo futuro político por delante”, considera Estefanía Cruz.
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Elecciones cerradas y resultados postergados
El 3 de noviembre de 2020 son las votaciones pero, al igual que las campañas, serán atípicas.
—¿Esperamos una elección cerrada?
—Sí, esperamos una elección cerradísima. Además, los resultados se van a dar muchos días después por el asunto de los votos por correo. Llegarán al mismo tiempo pero tardarán más en ser contados. Entonces, no vamos a ver inmediatamente el resultado. Creo que van a pasar varios días antes de que tengamos el resultado final., anota la investigadora Cruz Lera.
Por ahora, el reto es que los estadounidenses voten. Que emitan su voto por correo, en ausencia o que enfrenten las largas filas el 3 de noviembre, un día donde los ciudadanos buscarán un alivio para Estados Unidos, su país con heridas abiertas por la pandemia.