TE RECOMENDAMOS
La Corte Suprema de Estados Unidos pone fin a la discriminación positiva en las universidades, desatando un debate sobre igualdad y mérito.
En contra de los programas que consideran la raza y el origen étnico en los procesos de admisión, los seis jueces conservadores dictaminaron que tales prácticas son inconstitucionales. Argumentan que "los estudiantes deben ser evaluados por sus experiencias individuales y no por su raza".
Este cambio representa un giro de 180 grados en la postura del tribunal, que hasta ahora había permitido la consideración de criterios raciales en busca de una mayor diversidad en las universidades estadounidenses.
La discriminación positiva, una política implementada en universidades selectivas después del movimiento por los derechos cívicos, ha sido criticada por conservadores que la consideran opaca y racista.
La Corte Suprema ha expresado su desacuerdo con las cuotas y ha autorizado la consideración de criterios raciales en el pasado. Sin embargo, con esta decisión, el tribunal está cuestionando la búsqueda de la igualdad racial a través de la diversidad en las instituciones académicas.
El fallo ha sido aplaudido por la derecha, con el expresidente Donald Trump celebrando el regreso al mérito como base para la selección.
Por otro lado, los demócratas ven esta decisión como un obstáculo para lograr una mayor justicia racial. Incluso Barack Obama, el primer presidente negro de Estados Unidos, señala que la discriminación positiva no es una respuesta completa, pero reconoce que brindó oportunidades para aquellos que merecían algo más que un asiento en la mesa.
Las críticas más fuertes provienen de los tres jueces progresistas del tribunal, que consideran que esta sentencia revierte décadas de progreso y consolida una norma superficial de indiferencia racial. Para ellos, permitir la consideración de experiencias personales no es suficiente para abordar la segregación endémica en la sociedad.
Demandan a la universidad de Harvard y Carolina del Norte por criterios raciales
Este fallo surge a raíz de una demanda presentada contra las prestigiosas universidades de Harvard y Carolina del Norte, acusadas de discriminar a estudiantes asiáticos. El activista neoconservador Edward Blum lideró la asociación "Estudiantes por una Admisión Justa" y argumentó que el rendimiento académico debería ser el único criterio de selección.
La administración demócrata y grandes empresas defensoras de la diversidad en el lugar de trabajo han expresado su descontento con la decisión. El presidente Joe Biden tiene previsto pronunciarse sobre el tema próximamente, mientras que las empresas destacan los beneficios de contar con una fuerza laboral diversa y la importancia de la formación de futuros empleados en las escuelas del país.
Este fallo de la Corte Suprema de Estados Unidos marca un hito en el debate sobre la igualdad de oportunidades y el mérito en los procesos de admisión universitaria, generando opiniones encontradas sobre el camino hacia una sociedad más justa.