La Convención Nacional Republicana arrancó este lunes con un mensaje tan claro como apocalíptico: que la oposición demócrata es radical y "socialista", y que EE.UU. será un país caótico e inseguro si el exvicepresidente Joe Biden desbanca al mandatario Donald Trump en las elecciones de noviembre.
Horas después de confirmar que Trump será el candidato republicano en los comicios del 3 de noviembre durante una votación de los delegados del partido en Charlotte (Carolina del Norte), el cónclave conservador celebró la primera de sus cuatro noches de encuentro virtual, que terminará este jueves.
Una latina que habló en la convención fue Kimberly Guilfoyle, cuya madre es puertorriqueña y que es asesora de la campaña de Trump y novia de Donald Jr., quien atrajo la atención de las redes sociales por pronunciar en ocasiones a gritos su discurso, en el que advirtió sobre la "amenaza socialista" de Cuba y Venezuela.
Kimberly Guilfoyle, expresentadora de Fox News que se ha convertido en una de las responsables de las finanzas de la campaña Trump 2020, denunció a los gritos a los demócratas que quieren que los estadounidenses sean "esclavos" de una ideología de izquierda.
La exembajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley, y el hijo mayor del mandatario, Donald Trump Jr; fueron los protagonistas de las dos horas y media de programa, llenas de decenas de discursos que en su mayoría se grabaron en un auditorio vacío en Washington, con un tono más solemne que el de la convención demócrata.
"Joe Biden es bueno para Irán y el Estado Islámico, genial para la China comunista, y es una bendición para todos los que quieren que Estados Unidos se disculpe, se abstenga y abandone nuestros valores", subrayó Haley, una de las figuras del partido que más suena como posible candidata presidencial en 2024.
Haley insistió en que "Estados Unidos no es un país racista" pese a que muchos demócratas así lo afirman, aunque a continuación reconoció que su propia familia migrante "enfrentó discriminación y dificultades".
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En su turno, Donald Trump Jr. se convirtió en el mayor abanderado de la idea en la que más hicieron hincapié muchos de los otros oradores, la que perfilaba un Partido Demócrata controlado por sus figuras más izquierdistas, a pesar de que fueron los moderados los que dominaron la convención de Biden la semana pasada.
"Joe Biden y Kamala Harris quieren una revolución cultural. Un Estados Unidos fundamentalmente diferente. Si les dejamos, convertirán a nuestro país en una utopía socialista, y la historia nos ha demostrado que ese camino solo lleva al dolor y a la miseria", sentenció el primogénito de los hijos de Trump.
Donald Jr., cuyas posibles aspiraciones presidenciales también se rumorean, presentó los comicios de noviembre como una elección entre "iglesia, trabajo y escuela" frente a "disturbios, saqueos y vandalismo, o, en palabras de Biden y los demócratas, 'protesta pacífica'".
Una idea parecida esgrimieron los oradores más polémicos de la noche: una pareja que enfrenta cargos en San Luis (Misuri) por haber apuntado con armas de fuego a unos manifestantes que pasaron delante de su casa en junio en el marco de las protestas nacionales contra el racismo y la violencia policial.
"No importa donde vivan, su familia no estará segura en los Estados Unidos de los demócratas radicales", sentenció Patricia McCloskey, que habló sentada al lado de su marido Mark en un vídeo grabado en su lujosa residencia de San Luis.
UN EXILIADO CUBANO: ELIJO A TRUMP
En un tono más emotivo habló Máximo Álvarez, un hijo de españoles emigrados a Cuba que llegó a Estados Unidos en 1961, cuando tenía 13 años, y que aseguró que Trump "está luchando contra las fuerzas del anarquismo y comunismo" de las que huyó su familia, y que, a su juicio, podrían llegar al país si gana Biden.
"No tengo dudas de que su oponente (Biden) y el resto de la ciénaga de Washington entregarán al país a esas fuerzas poderosas (...). Elijo al presidente Trump porque elijo a Estados Unidos. Elijo la libertad. Y todavía escucho a mi padre: no hay ningún otro lugar al que ir", dijo Álvarez, visiblemente emocionado.
El discurso más optimista fue el de Tim Scott, el único afroamericano republicano en el Senado, quien recordó que su familia pasó de recolectar "algodón a llegar al Congreso en una generación", y cuestionó el compromiso de Biden con los negros al recordar que en 1994 respaldó una ley que resultó en el encarcelamiento de muchos.
El propio Trump, que ya se había dirigido a los delegados del partido en Charlotte, apareció dos veces a lo largo del programa nocturno, en dos videos grabados en la Casa Blanca que, en un primer caso, le mostraron junto a seis estadounidenses que estuvieron presos en diferentes países y liberados durante el actual Gobierno.
En el otro video, Trump estaba rodeado de trabajadores esenciales que se mantuvieron en primera línea durante la pandemia de la COVID-19, que alcanzó este lunes los 5.737.398 casos y 177.215 fallecidos, dentro de un intento del partido de reivindicar su gestión de la crisis, duramente criticada por la oposición demócrata y que ha hecho caer al mandatario en algunos sondeos.
"Hoy nuestros corazones se desbordan de aprecio por los increíbles trabajadores de primera línea que arriesgaron su propia salud y seguridad para mantener seguros a los estadounidenses", afirmó Trump en ese acto grabado con antelación.
La campaña de Biden se fijó especialmente en esa faceta del estreno de la convención republicana: su directora de comunicación, Kate Bedingfield, opinó en un comunicado que Trump no tiene "una estrategia para contener el coronavirus" y trató de distraer de ello con "un desfile de (ideas) oscuras y divisivas para meter miedo".
La convención republicana continuará este martes con el discurso de la primera dama, Melania Trump, desde la Rosaleda de la Casa Blanca; mientras que el miércoles será el turno del vicepresidente Mike Pence y el jueves el del mandatario estadounidense. EFE
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