El presidente de Estados Unidos Joe Biden llegó el miércoles a Florida, donde el huracán Ian sembró muerte y devastación en un estado liderado por uno de sus más feroces oponentes.

Apenas aterrizaron, Biden y su esposa Jill recorrieron en helicóptero la zona de Fort Myers, en el suroeste de Florida, donde el huracán tocó tierra y causó los mayores daños.

Poco antes de su partida, la Casa Blanca anunció que daría un nuevo impulso a Florida duplicando el tiempo, inicialmente establecido en un mes, durante el cual el Estado federal financiará todos los costos vinculados a la retirada de escombros y las obras urgentes de consolidación.

Con la intención de dejar de lado temporalmente las divisiones políticas en Florida, Biden tiene previsto dar un discurso.

Impactado el pasado miércoles por Ian como huracán categoría 4, Florida sigue contando los muertos y evaluando los daños causados por una de las más poderosas tormentas que haya vivido Estados Unidos

El balance oficial era de 76 muertos este martes (72 en Florida y 4 en Carolina del Norte), pero los medios de comunicación contabilizan más de un centenar, en tanto los socorristas siguen trabajando en los barrios sumergidos por el agua.

Cientos de miles de habitantes de Florida seguían sin electricidad el martes y las autoridades afirmaron que necesitarán meses y 50,000 millones de dólares, quizá más, para reconstruir las zonas costeras devastadas.

Si bien Biden buscará mostrar empatía, el ambiente podría ser no obstante un poco tenso cuando esté junto al gobernador Ron DeSantis, una estrella emergente del Partido Republicano y crítico particularmente duro del presidente demócrata.

"Habrá muchas oportunidades para debatir las diferencias entre el presidente y el gobernador. Pero este no es el momento", dijo el martes la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre.

Biden y DeSantis "hablarán de lo que hace falta en Florida para llegar a una fase de reconstrucción".

Se trata del segundo traslado de este tipo en una semana para Biden, pues el lunes viajó a Puerto Rico, un territorio estadounidense en el Caribe golpeado por el huracán Fiona, que dejó al menos una docena de muertos.

Ron DeSantis, de 44 años, suele aparecer en listas de potenciales candidatos republicanos a las presidenciales de 2024.

Partidario de una línea dura contra la inmigración y bastante conservador sobre asuntos sociales, el gobernador de Florida da que hablar con sus declaraciones y decisiones controvertidas.

Recientemente reivindicó el envío de dos aviones de migrantes a la lujosa isla de Martha's Vineyard, en el noreste del país, una "maniobra política" que la Casa Blanca calificó de "cruel".

DeSantis también impulsó en marzo una ley que prohíbe la enseñanza sobre la identidad de género y la orientación sexual en las escuelas primarias públicas, una medida que, según críticos, podría perjudicar a los jóvenes de la comunidad LGBT+.

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