La inflación en Estados Unidos siguió acelerada en junio alcanzando 9,1% a 12 meses, su nivel más alto desde 1981 y aumentó la presión sobre el presidente Joe Biden cuya popularidad decrece ante la incesante carestía.
El índice de precios al consumidor (IPC) amenaza el crecimiento por ser el consumo es el pulmón de la economía estadounidense y castiga a Biden a pocos meses de elecciones para el Congreso.
El presidente consideró "inaceptablemente alto" el aumento de precios del mes pasado pero consideró que los datos son obsoletos.
"Si bien el registro de la inflación general de hoy es inaceptablemente alto, también está desactualizado", dijo Biden en un comunicado.
"Las cifras de hoy no reflejan el impacto total de casi 30 días de caídas de los precios de la gasolina", subrayó el presidente.
La inflación ya estaba alta en el mes de mayo cuando registró el 8,6%, según el Departamento de Trabajo.
En junio se disparó 1.3% mientras que en mayo el incremento del IPC había sido de 1,0%.
Esto es más de lo esperado ya que un consenso de analistas encuestados por Bloomberg proyectaba una inflación anualizada a junio de 8,8% y de 1,1% en un mes.
El aumento de precios concierne a todos los sectores, precisó el departamento de Trabajo en un comunicado, pero en especial el aumento se da en los precios del alojamiento, la gasolina y la alimentación.
Los precios de la energía subieron 41,6% en el lapso interanual, lo que supone su mayor alza desde abril de 1980.
Según la Agencia de Energía de Estados Unidos (EIA), el precio promedio de la gasolina en Estados Unidos superó el mes pasado los 5 dólares por galón (unos 3,8 litros), un valor inédito.
El encarecimiento de la gasolina se ha convertido en un símbolo del alza generalizada de precios.
Los precios de los alimentos, experimentaron su mayor alza desde febrero de 1981, con aumento de un 10,4% en un año.
Excluyendo los precios de la alimentación y de la energía, más volátiles y que han subido en especial por la guerra en Ucrania, la inflación subyacente se ha acelerado en un mes el 0,7%, contra el 0,6% de los dos meses anteriores.
En doce meses, sin embargo. la inflación subyacente se moderó al pasar del 6,0% al 5,9%.
Entre los pocos bienes cuyo precio bajó están la hotelería y los billetes de avión.
La Reserva Federal (Fed) comenzó a aumentar las tasas de interés en marzo con el fin de frenar la demanda y tratar de calmar el alza de precios.
Este nuevo aumento de precios debería dar pie a que la Fed siga aumentando las tasas, luego de haberlas subido en tres cuartos de puntos porcentuales en junio, su aumento más elevado desde 1994.
Esta puerta hacia una política monetaria aún más estricta en Estados Unidos ha hecho hundirse al euro bajo el suelo simbólico de un dólar, lo que no había sucedido desde diciembre de 2002.