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Los demócratas comenzaron este miércoles su alegato de acusación en el juicio político contra Donald Trump en el Senado acusándolo que haber querido hacer "trampa" en las próximas elecciones de noviembre, en el segundo día de un proceso que probablemente termine con absolución del mandatario estadounidense.
El congresista demócrata Adam Schiff, titular de la Comisión de Inteligencia de la Cámara Baja y a cargo de la acusación contra Trump, subió al podio del Senado para argumentar que el mandatario debería ser apartado del cargo por las acusaciones de abuso de poder y obstrucción al Congreso.
"El presidente ha mostrado que cree estar por encima de la ley", dijo Schiff, quien lideró la investigación contra Trump en la Cámara de Representantes.
"El presidente Trump solicitó interferencia extranjera en nuestras elecciones, abusando del poder de su mandato para buscar ayuda en el extranjero para mejorar su posibilidad de reelección", dijo el congresista y remató afirmando que cuando el mandatario fue descubierto, "utilizó los poderes a su cargo para obstruir la investigación".
Según la acusación, Trump intentó presionar a Kiev para que interfiriera en las elecciones de 2020 en su favor, sugiriendo a su homólogo ucraniano, Volodimir Zelenski, que investigara los negocios del hijo de Joe Biden, quien podría ser su rival demócrata en las presidenciales.
"Esta fue una táctica de desprestigio contra un oponente político que aparentemente Trump temía", dijo Schiff en una audiencia televisada.
Según los demócratas, Trump presionó a Ucrania al retener cerca de 400 millones de dólares en ayuda militar para un país que tiene un conflicto con rebeldes prorusos en el este de su territorio.
"La mala conducta del presidente no puede decidirse en las urnas porque no podemos estar seguros de que la votación se gane de una forma justa", dijo, y señaló que Trump utilizó de forma corrupta una visita a la Casa Blanca ofrecida al presidente de Ucrania para que "lo ayudara a hacer trampa en las próximas elecciones".
El discurso de Schiff está destinado a las audiencias televisivas ya que el martes el jefe de la mayoría republicana de la Cámara Alta, Mitch McConnell, exhibió un férreo control de la bancada oficialista unida que goza de 53 de las 100 bancas, en un indicio de cómo se desarrollará el juicio que probablemente concluirá con la absolución del mandatario.
Además, para que prospere el proceso contra Trump se necesita una mayoría de dos tercios, equivalente a 67 senadores.
A partir de hoy, los siete miembros de la Cámara Baja que representan la acusación van a tener tres sesiones de ocho horas para exponer sus argumentos contra Trump.
En tanto, la defensa tendrá un tiempo equivalente, también en tres tandas, y luego habrá 16 horas para las preguntas.
El martes, antes de que el proceso abordara los dos cargos que pesan sobre Trump, los republicanos y la oposición demócrata se enfrascaron en una crispada pugna por las reglas del procedimiento que se extendió durante 13 horas hasta la madrugada.
Todos los intentos de los demócratas de citar testigos clave u obtener documentos fueron bloqueados por la mayoría republicana.
El miércoles, el jefe de los demócratas en el Senado, Chuck Schumer, criticó nuevamente a McConnell.
"Si hay algo que aprendimos ahí en el Senado anoche es que el líder McConnell y los republicanos en el Senado no quieren un juicio justo que considere la evidencia", dijo Schumer.
Trump defendió la estrategia de los republicanos de repeler los esfuerzos de la oposición para citar al exconsejero de Seguridad Nacional John Bolton y de otros altos cargos, al considerar que representaría un "problema de seguridad nacional".
"Él sabe lo que yo pienso de los líderes. ¿Qué pasa si él revela lo que yo pienso sobre un determinado líder y eso no es algo positivo?", planteó Trump al aludir al rol de Bolton, despedido por el inquilino de la Casa Blanca en septiembre tras múltiples desacuerdos.
Trump dijo que espera que el Senado lo absuelva "bastante rápido".
Según medios estadounidenses, Trump rompió un récord intradiario de tuits en esta jornada, principalmente enlaces a otras cuentas que opinaban sobre el proceso en su contra.
Cuatro meses después de que estallara el escándalo ucraniano, Trump se convirtió en el tercer presidente en la historia de Estados Unidos en ser sometido a un proceso de destitución, después de Andrew Johnson, en 1868, y Bill Clinton, en 1999.
El representante de Trump, Pat Cipollone, dijo el martes durante la audiencia que un juicio partidista equivale a "robar unas elecciones" y acusó a los demócratas de lanzar una "investigación política falsa" contra Trump justo antes de las elecciones presidenciales de noviembre.
"Quieren sacar al presidente Trump de las papeletas", concluyó