Al menos siete fallecidos, calles inundadas por una marejada ciclónica sin precedentes, daños en estructuras y más de cuatro millones de personas sin energía es el desolador panorama con el que ha amanecido este viernes el sureste de Estados Unidos, tras la llegada de Helene como un huracán de categoría 4.

Según informó hoy en rueda de prensa el gobernador de Florida, Ron DeSantis, una persona murió tras la caída de un árbol en una vivienda del condado de Dixie, en la región en la que anoche Helene tocó tierra como un huracán mayor en la escala Saffir-Simpson, de un total de 5.

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El deceso eleva la cuenta por el momento a dos fatalidades en este sureño estado, que se suman a otros cuatro muertos en Georgia y a un quinto en Carolina del Norte, de acuerdo con la cuenta de las autoridades locales.

En el sureste de Estados Unidos, donde Helene prosigue su paso destructivo, ahora como tormenta tropical tras entrar por la costa oeste de Florida, más de cuatro millones de viviendas y oficinas se hallan sin energía eléctrica, de acuerdo a la web especializada PowerOutage.

El huracán tocó tierra pasadas las 11:00 de la noche del jueves, hora local (03:00 GMT del viernes), cerca de la localidad de Perry, en la región del noroeste de Florida conocida como Big Bend, con vientos máximos sostenidos de 225 kilómetros por hora (140 millas).

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Esta zona amaneció hoy con calles cubiertas de árboles y postes caídos, además zonas inundadas por la subida de la marea (por lo menos 3 metros por encima de su nivel habitual) que trajo consigo Helene, que de acuerdo a los meteorólogos es el huracán más fuerte que ha golpeado el Big Bend.

Videos y fotos muestran grandes olas que golpean puentes y viviendas en zonas costeras que quedaron casi sumergidas en agua durante el paso del ciclón.

En la zona de Cedar Key, cerca de donde tocó tierra Helene y que durante la noche registró un aumento del nivel del mar de 2.7 metros (9 pies), EFE pudo comprobar que las patrullas comenzaron desde la madrugada a remover los árboles de las carreteras principales para mantener el flujo de los socorristas.

En lo que va de este viernes, más de 700 vuelos han sido cancelados en Estados Unidos, la gran mayoría de ellos con salidas o llegadas previstas en los aeropuertos internacionales de Charlotte (Carolina del Norte), Atlanta (Georgia) y Tampa (Florida).

Amenaza de inundaciones repentinas en Atlanta

Aunque Tallahassee, la capital de Florida, se libró del impacto directo que se temía, porque el sistema se movió más hacia el este, otras capitales, como Atlanta (Georgia), se mantienen bajo emergencia por inundaciones repentinas en su área metropolitana, detalló el NHC.

El alcalde de Atlanta, Andre Dickens, señaló que al menos una veintena de personas han sido rescatadas durante la noche tras quedar atrapadas en medio de las inundaciones dentro de viviendas o automóviles.

El gobernador de este estado, Brian Kemp, dijo hoy que varios hospitales en el sur de este estado se han quedado sin energía y que los cuerpos de rescate se dirigen hacia el este, donde varios residentes se han quedado atrapados en sus viviendas.

En previsión de la trayectoria que entre el jueves y viernes tiene Helene, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmó declaratoria de desastres para los estados de Florida, Georgia, las Carolinas y Alabama.

Los meteorólogos alertan que la amenaza que supone Helene se mantendrá durante la jornada de hoy, cuando están en curso las arduas tareas de rescate y búsqueda de víctimas, algunas de ellas personas mayores que no quisieron evacuar.

En la zona de Asheville, en Carolina del Norte, donde está vigente una orden de evacuación obligatoria, se prevé que la crecida de los ríos alcancen registros históricos, y además se pueden producir deslizamientos de tierra en las zonas montañosas del oeste de este estado.

En su más reciente boletín, el Centro Nacional de Huracanes (NHC, en inglés) de Estados Unidos informó que Helene aún produce "ráfagas de vientos dañinos e inundaciones que pueden poner en peligro la vida en varias partes del sureste y el sur de los Apalaches".

La tormenta tropical se encontraba este viernes a unos 50 kilómetros (35 millas) al suroeste de Bryson City (Carolina del Norte) y a unos 165 kilómetros (105 millas) al nor-noreste de Atlanta (Georgia), de acuerdo al boletín de las 11:00 horas del este de EE.UU. (15:00 GMT).

Conforme continúa su desplazamiento sobre tierra firme el sistema sigue debilitándose y ahora presenta vientos máximos sostenidos de 75 kilómetros por hora (45 millas), y se desplaza con rapidez hacia el norte a 52 kilómetros por hora (32 millas).

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