La vicepresidenta Kamala Harris elogió el miércoles a los trabajadores que hacen lo posible por “atender las necesidades de las personas que deben ser vistas, que deben ser escuchadas”, mientras ella y el presidente Joe Biden recorrieron el sendero de destrucción que causó el huracán Helene en visitas separadas a Georgia y Carolina del Norte y Carolina del Sur.

Durante su recorrido aéreo por algunas de las zonas más afectadas de Carolina del Norte, Biden vio desde el aire árboles caídos, metales retorcidos e imponentes pilas de escombros en el centro de la turística localidad de Asheville. Unos 320 kilómetros (200 millas) al sur, en Georgia, Harris visitó Augusta, donde los árboles caídos cubrían los márgenes de la autopista con sus troncos agrietados.

He estado leyendo y escuchando sobre el trabajo que han estado haciendo en los últimos días, y creo que realmente representa lo mejor que cada uno de nosotros sabe que se puede hacer”, dijo Harris. “Especialmente cuando nos coordinamos en torno a los recursos locales, estatales y federales para satisfacer las necesidades de las personas que deben ser vistas, que deben ser escuchadas”.

Ahora los escucho”, añadió.

Muchas carreteras en las zonas más afectadas de Carolina del Norte seguían siendo inaccesibles. Pero desde el helicóptero presidencial Biden vio caminos inundados, montones de madera destrozada y sacos de arena desplazados, camiones de emergencia y cables eléctricos derribados. En una zona, las casas seguían parcialmente sumergidas, y era difícil distinguir entre el lago y la tierra.

No fue algo nuevo para Biden, quien a menudo ha tenido que inspeccionar los daños y consolar a las víctimas de tornados, incendios forestales, tormentas tropicales y otras catástrofes naturales. Pero hasta ahora lo era para Harris, quien busca por sucederle en la presidencia. Ambos buscan también demostrar un mayor compromiso y competencia a la hora de ayudar a las comunidades devastadas tras las falsas afirmaciones de Donald Trump sobre la respuesta del gobierno federal

Biden vistió chaleco y botas. Antes de su recorrido aéreo, abrazó y tomó la mano de la alcaldesa de Asheville, Esther Manheimer, quien lo recibió en el aeropuerto de Greenville, Carolina del Sur. La Casa Blanca informó que el jueves también visitará zonas de Florida y Georgia dañadas por la tormenta.

Manheimer señaló que no podían cerrar la única carretera operable de la zona para la comitiva de Biden. La Casa Blanca dijo que Harris también había hablado con la alcaldesa y estaba planeando su propio viaje a Carolina del Norte en los próximos días.

Antes de abandonar Washington, Biden mencionó que la huelga de estibadores podría dificultar la llegada de suministros a las zonas más afectadas.

Las catástrofes naturales tienen consecuencias increíbles. Lo último que necesitamos es un desastre provocado por el hombre en los puertos”, dijo el presidente. “Ya estamos recibiendo críticas, escuchamos a gente de la región que dice que están pasando problemas para conseguir los productos que necesitan debido a la huelga portuaria”.

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