El presidente Joe Biden prometió el miércoles hacer “lo que sea necesario, durante el tiempo que sea necesario” para ayudar a Kentucky y a otros estados luego del paso de una serie de tornados que, señaló, dejaron un rastro de devastación inimaginable. “Se recuperarán y reconstruirán”, manifestó.
“El alcance y magnitud de su destrucción es casi inimaginable”, comentó mientras estaba parado frente a una vivienda que quedó reducida a unas cuantas paredes y pilas de escombros en Dawson Springs, una de dos localidades de Kentucky que visitó.
Biden habló del estrés que sienten las víctimas de desastres naturales como las tormentas del fin de semana que azotaron ocho estados, y señaló que era urgente que se retirara a la gente de los albergues de emergencia para evitar la propagación del COVID-19. Al mismo tiempo, el presidente elogió las muestras de apoyo de las comunidades que se están recuperando del desastre y dijo que la asistencia federal que prometió seguirá llegando.
“Algo bueno tiene que salir de esto”, señaló Biden. “En muchos lugares, la destrucción fue recibida con compasión”.
Más de 30 tornados azotaron Kentucky y otros siete estados durante el fin de semana, provocando la muerte de por lo menos 88 personas. Miles de residentes han perdido sus casas o no tienen servicio de electricidad.
“Pretendo hacer lo que sea necesario, y durante el tiempo que sea necesario, para apoyar a su estado, a sus dirigentes locales, mientras se recuperan y reconstruyen, y se recuperarán y reconstruirán”, puntualizó el mandatario.
En Dawson Springs, Biden caminó entre montones de escombros. Los adornos navideños destrozados quedaron enredados en pedazos de muebles y ropa esparcida. Árboles que fueron arrancados desde la raíz quedaron entre las casas reducidas a escombros. Por encima del sonido de la maquinaria pesada que se dedica a la limpieza a pocas cuadras de distancia, el presidente se detuvo a hablar con las víctimas de las tormentas, entre ellas una niña que se aferraba a una bandera estadounidense.
Biden se acercó a una familia que estaba sentada en frente a una casa sin techo ni ventanas, y también habló con un grupo de policías. Abrazó a una pareja de ancianos. En un momento, bromeó con una mujer que portaba prendas del equipo de la NFL, los Packers de Green Bay, que ella debería decirle a la estrella del equipo, el quarterback Aaron Rodgers que “se tiene que vacunar”, en referencia a la oposición del jugador hacia la vacuna contra el COVID-19.
Horas antes en Mayfield, el presidente se tomó de las manos para rezar con el ejecutivo del condado de Graves, Jesse Perry, y un pastor. Una familia que se había reunido frente a una casa destruida habló con Biden, quien dijo a los periodistas que estaba “impresionado de cómo todos están trabajando juntos” en la recuperación. En la calle principal de Mayfield, Biden habló con dos mujeres en un edificio destrozado. Tenían un cartel que decía: “Dios es bueno. Vencidos pero no derrotados”.
Biden también hizo un recorrido aéreo de la zona afectada y se reunió con funcionarios en el hangar de un aeropuerto. “Estoy aquí para escuchar", comentó. Este tipo de tragedias, añadió, “une a las personas o las separa”.
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