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Las tropas israelíes bombardearon el miércoles la asediada ciudad de Jan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza, donde los habitantes intentan encontrar refugio de los combates más intensos en dos meses de guerra contra Hamás.
Las calles de la ciudad, donde también operan tropas terrestres de Israel, estaban prácticamente vacías y la llegada de muertos y heridos a los hospitales es incesante, informaron periodistas de AFP.
Cientos de miles de civiles confluyeron en esa localidad y sus alrededores, muchos de ellos desplazados varias veces desde el inicio de la guerra, que los empuja a un perímetro cada vez más estrecho cerca de la frontera con Egipto que permanece cerrada.
"Toda la ciudad sufre destrucciones y bombardeos incesantes. Hay allí mucha gente que llega del norte en condiciones desastrosas, sin refugio, buscando a sus niños", contó Hasan al Qadi, un habitante de Jan Yunis.
"Queremos entender. Si nos quieren matar, que nos rodeen en un solo lugar y nos eliminen a todos juntos. Pero empujarnos a desplazarnos de un sitio a otro, no es justo", afirmó.
Después de adentrarse el 27 de octubre en el norte de la Franja de Gaza, las tropas israelíes ampliaron sus operaciones al conjunto del territorio gobernado desde 2007 por el movimiento islamista Hamás.
Israel prometió eliminar a Hamás después de la incursión de milicianos que el 7 de octubre mataron a 1.200 personas y secuestraron a unas 240, según el balance israelí.
Pero su campaña sufrió un golpe el miércoles cuando senadores republicanos estadounidenses bloquearon 106.000 millones de dólares en ayuda para Israel y Ucrania para presionar por reformas migratorias.
La ofensiva en Gaza ha dejado hasta el momento 16.248 muertos, en su mayoría mujeres y niños, según la oficina de prensa del gobierno de Hamás.
El ejército siguió bombardeando el miércoles el territorio palestino, de 362 km2 y casi 2,4 millones de habitantes, y anunció el hallazgo, cerca de una clínica y de una escuela del norte, de "uno de los mayores depósitos de armas de la Franja de Gaza".
Contenía cientos de lanzacohetes, misiles antitanque y artefactos explosivos, misiles de largo alcance y decenas de granadas y drones, según el ejército, que afirmó que desde el inicio de la guerra sus efectivos mataron "a la mitad de los comandantes" del brazo armado de Hamás.
Fuentes de Hamás y de Yihad Islámica, otro grupo armado palestino, indicaron a AFP que sus milicianos combaten a las tropas israelíes para impedirles penetrar en Jan Yunis.
El Ministerio de Salud de Hamás reportó también un bombardeo contra el campo de refugiados de Nuseirat (centro de Gaza), que dejó seis muertos, y otro con varios fallecidos en el de Jabaliya (norte).
Del lado israelí, en Eilat (sur), se oyeron sirenas de alerta por el disparo de un misil tierra-tierra contra Israel, interceptado por la defensa antiaérea, indicó el ejército.
En una carta dirigida al Consejo de Seguridad, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, advirtió este miércoles que los bombardeos israelíes podrían provocar un "inminente colapso total del orden público" en Gaza, que imposibilitaría incluso "una asistencia humanitaria limitada".
En respuesta, el ministro israelí de Relaciones Exteriores, Eli Cohen, afirmó en la red social X que Guterres es un "peligro para la paz mundial", por su llamado al cese el fuego.
Filippo Grandi, jefe de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), alertó que un éxodo de los palestinos de la Franja sería "catastrófico" e insistió en que es "muy muy importante [encontrar] una solución" a la crisis humanitaria en el territorio.
El Programa Mundial de Alimentos señaló que la distribución de ayuda en Gaza era "casi imposible".
En tanto, el despacho del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, aprobó el miércoles un aumento "mínimo" en el suministro de combustible a Gaza para evitar un "colapso humanitario".
El ejército israelí lanza diariamente sobre Jan Yunis mensajes advirtiendo de un bombardeo inminente e instando a la población a dejar sus barrios.
Según la ONU, un 28% de la Franja de Gaza está afectada por estas órdenes de evacuación.
"Ningún lugar es seguro en Gaza", afirmó el coordinador de Asuntos Humanitarios y Ayuda de Emergencia de la organización (OCHA), Martin Griffiths. "Ni los hospitales ni los refugios ni los campos de refugiados. Nadie está seguro", insistió.
"Necesitamos a alguien a nuestro lado. Necesitamos que alguien nos encuentre una solución para salir de esta situación. Estamos devastados, mentalmente abrumados", dijo Amal Mahdi, una habitante de Jan Yunis.
La ONU estima que 1,9 millones de personas (tres cuartos de la población) se vieron desplazadas por la guerra.
Los combates se reanudaron tras el colapso de la tregua de una semana, entre el 24 de noviembre y el 1 de diciembre, negociada con la mediación de Catar, que permitió el intercambio de decenas de rehenes israelíes por presos palestinos.
El gobierno israelí calcula que 138 rehenes siguen retenidos en Gaza, cuyo rescate es una "misión crítica", en palabras del portavoz del ejército Daniel Hagari.
El ejército reclamó que el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) pueda acceder a los rehenes.
En Cisjordania ocupada, donde la violencia repuntó desde que empezó la guerra entre Israel y Hamás, tres palestinos murieron este miércoles en sendas operaciones del ejército israelí, informó el Ministerio de Salud de la Autoridad Palestina.
Desde el 7 de octubre, al menos 258 palestinos fueron abatidos por el ejército o por colonos israelíes, según la Autoridad Palestina.