Allen Weisselberg, el exdirector financiero de la Organización Trump, se declaró este jueves culpable por haber conspirado durante años con la empresa en una trama de fraude, según anunciaron las autoridades.
Weisselberg, que trabajó durante décadas para el negocio del expresidente estadounidense Donald Trump y que está considerado como uno de sus escuderos más fieles, alcanzó un acuerdo con la Fiscalía y será sentenciado a cinco meses de cárcel, cinco años de libertad condicional y al pago de casi dos millones de dólares a las arcas públicas.
Además, el ejecutivo se compromete a declarar si así se le solicita durante el juicio por fraude fiscal al que se enfrenta la Organización Trump y que arrancará el próximo 24 de octubre, aunque se ha resistido a cooperar con los fiscales en otras investigaciones sobre la compañía.
"Hoy Allen Weisselberg admitió ante la Corte que usó su posición en la Organización Trump para estafar a los contribuyentes y enriquecerse", dijo en un comunicado el fiscal del distrito de Manhattan, Alvin Bragg, quien destacó que la declaración de culpabilidad "implica directamente a la Organización Trump en una amplia gama de actividades delictivas".
Bragg consideró que el testimonio del exjefe financiero será "de valor incalculable" durante el juicio contra la compañía y dejó claro que las investigaciones sobre la empresa y sobre el propio expresidente continúan.
Weisselberg se declaró culpable de los quince cargos que se le habían imputado y que incluyen delitos de fraude fiscal, conspiración y falsedad documental.
La empresa de Trump y el directivo fueron acusados el pasado verano de operar durante más de 15 años una trama de evasión fiscal, en la que supuestamente pagaban a ejecutivos "por debajo de la mesa", dándoles una parte importante de sus compensaciones de forma que se pudiese reducir el pago de impuestos.
La Organización Trump, tal y como ha reconocido su exdirector financiero, pagaba a esas personas sueldos más reducidos -con lo que reducía sus impuestos de plantilla- y a la vez les ofrecía compensaciones al margen que no se notificaban adecuadamente a las autoridades.
Entre otras cosas, Weisselberg y otros ejecutivos habrían obtenido alojamiento, matrículas para colegios privados y pagos en efectivo para cubrir todo tipo de gastos personales.
El exdirector financiero reconoció hoy haberse embolsado más de 1,7 millones de dólares por los que no pagó impuestos, tal y como aseguraban los fiscales.
El caso es fruto de las amplias investigaciones a las que ha sido sometida en los últimos años la Organización Trump, pero en él no está imputado el expresidente, que tiene abiertos numerosos frentes legales tanto por sus negocios como por sus acciones durante y después de su paso por la Casa Blanca.
En Nueva York, Trump se enfrenta a una investigación por las prácticas empresariales de su compañía, por la que tuvo que comparecer este mes ante la Fiscalía General del estado, aunque se negó a responder a sus preguntas.
El exmandatario vio también recientemente cómo el FBI registraba su mansión de Florida en busca de documentos clasificados que supuestamente se llevó cuando abandonó el poder en 2021 y se enfrenta a varias demandas por el ataque al Capitolio en enero de ese año.