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El Gobierno argentino reconoció este miércoles que la expansión del sistema de salud "ha llegado al límite", luego de que la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI) alertara de que sus profesionales están "exhaustos" y sienten que "están perdiendo la batalla" porque "los recursos para salvar a los pacientes con se están agotando".

"Realmente la expansión del sistema de salud ha llegado al límite, estamos en el máximo de lo que podemos expandir, por eso es momento de volver a trabajar y reforzar el concepto de que cada caso que prevenimos hoy va a ser una internación menos y va a disminuir esta tensión en el sistema de salud", subrayó la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti, durante el reporte sanitario matutino en Buenos Aires.

Argentina registra desde el inicio de la pandemia 428.735 personas infectadas con el virus SARS-CoV-2, de las cuales 8.971 fallecieron y otras 315.530 ya se recuperaron, con una curva de casos en constante alza pese a que en el país austral rige una de las cuarentenas más largas del mundo y el área metropolitana de Buenos Aires, la región más afectada, se encuentra en confinamiento desde el 20 de marzo.

La tasa de mortalidad por coronavirus, de 197 personas por cada millón de habitantes, "se mantiene relativamente baja por dos motivos fundamentales: porque nuestro sistema de salud ha podido dar respuesta hasta ahora y porque estamos trabajando desde el primer día en el resguardo de las personas que tienen más de 60 años", indicó Vizzotti.

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"ESTAMOS EXHAUSTOS"

La Sociedad Argentina de Terapia Intensiva emitió un comunicado en el que alertó la crítica situación que atraviesa el personal sanitario en el peor momento de la en la Argentina. 

"Los médicos, enfermeros, kinesiólogos y otros miembros de la comunidad de la terapia intensiva sentimos que estamos perdiendo la batalla. Sentimos que los recursos para salvar a los pacientes con coronavirus se están agotando", advirtió. 

"Los intensivistas, que ya éramos pocos antes de la pandemia, hoy nos encontramos al límite de nuestras fuerzas, raleados por la enfermedad, exhaustos por el trabajo continuo e intenso, atendiendo cada vez más pacientes. Estas cuestiones deterioran la calidad de atención que habitualmente brindamos. Enfundados en los equipos de protección personal, apenas podemos respirar, hablar, comunicarnos entre nosotros. También tenemos que lamentar bajas, personal infectado y lamentablemente, fallecidos, colegas y amigos caídos que nos duelen, que nos desgarran tan profundamente", subrayó la entidad.

El 5,9 % de todos los casos de COVID-19 corresponde a trabajadores de la salud, según el reporte oficial del Ministerio de Salud.

Los intensivistas alertaron además que deben trabajar en varios lugares distintos porque sus salarios son "increíblemente bajos".

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"Pero ahora sentimos que no podemos más, que nos vamos quedando solos, que nos están dejando solos", señalaron los médicos que integran esta organización, que llamaron a la población a reflexionar, respetar las medidas de distanciamiento y "no desafiar al virus".

EL SISTEMA SANITARIO, AL BORDE DEL COLAPSO

La cifra de personas internadas en terapia intensiva creció a 2.314, según precisó el subsecretario de Estrategias Sanitarias, Alejandro Costa, con un nivel de ocupación de las camas de UTI por todo tipo de patologías del 60,7 % a nivel nacional y del 69,2 % en el área metropolitana de Buenos Aires, que reúne a la capital y su populosa periferia.

La saturación de los hospitales es mayor en algunas provincias, donde en algunos casos el sistema sanitario es más débil.

El nivel de ocupación de camas de terapia intensiva en las ciudades de Cipolletti y General Roca, en la sureña provincia de Río Negro, está ya a un 100 %, mientras que en la ciudad de Mendoza (oeste) y sus alrededores está cerca de un 90 %, al igual que en Jujuy (noroeste), informó este miércoles el secretario de Calidad en Salud, Arnaldo Medina.

El funcionario aclaró que desde el inicio de la pandemia se expandió un 46 % el número de camas críticas en los centros de salud a un total de 12.450 y se sumaron más de 4.000 respiradores, lo que permitió, según señaló, elevar la tasa de 18,8 a 27,4 respiradores por cada 100.000 habitantes, el nivel más alto de Latinoamérica.

"Esta expansión de camas tiene un límite y el límite son los trabajadores de la salud que en estos momentos están agotados, estresados, muy cansados por la alta carga de trabajo que tienen en particular en las zonas donde hay mayor ocupación de camas", reconoció el secretario. 

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