Algunos migrantes son expulsados de Estados Unidos durante la noche a una de las ciudades mexicanas más conocidas por el crimen organizado, agotados por el viaje, decepcionados por no tener la oportunidad de solicitar asilo y en una encrucijada sobre a dónde irán ahora.
Marisela Ramírez, de 30 años y quien fue enviada de regreso a Reynosa el jueves a alrededor de las 4 de la madrugada, se trajo consigo a su hijo de 14 años y dejó en Guatemala a otros cinco —uno de apenas unos ocho meses de edad— debido a que no tenía más dinero para pagarle a los traficantes. Ahora, ante otra agonizante elección, sopesa enviar a su hijo a cruzar la frontera solo para que se instale con una hermana en Missouri, sabiendo que Estados Unidos está permitiendo que menores que viajan sin la compañía de un adulto soliciten asilo.
En tanto, Lesdny Suyapa Castillo, de 35 años, dijo entre lágrimas que regresaría a Honduras con su hija de 8 años, quien estaba acostada sobre un kiosco respirando agitadamente con los ojos parcialmente abiertos y las moscas revoloteando sobre su cara. Luego de no recibir su sueldo durante tres meses como enfermera en Honduras durante la pandemia de coronavirus, quería un trabajo estable en Estados Unidos para que una hija más grande estudie medicina. Una amiga que vive en Nueva York la alentó a volver a intentarlo.
Tras llegar a Reynosa a las 10 de la noche, la hondureña asegura que le encantaría ir, pero tampoco quiere ver a su hija en estas condiciones.
Esto sucede mientras la Patrulla Fronteriza reporta un promedio de 30 días extraordinariamente alto de 5.000 detenciones diarias de migrantes. Los niños que viajaron sin compañía de un adulto tienen permitido quedarse en Estados Unidos para solicitar asilo, mientras que casi todos los adultos que viajan solos son expulsados a México bajo normas impuestas durante la pandemia de COVID-19 que no les permiten buscar protección humanitaria.
Las familias con niños menores de 7 años pueden permanecer en Estados Unidos para solicitar asilo, de acuerdo con un agente de la Patrulla Fronteriza que habló con los reporteros el viernes bajo condición de anonimato. Otros que viajaron en familia, sólo 300 de 2.200 el jueves, fueron expulsados.
Reynosa, una ciudad de 700.000 personas, es el sitio al que muchos migrantes son enviados luego de ser expulsados de la ciudad de Rio Grande Valley, Texas, que es el corredor de cruces ilegales más concurrido. La Patrulla Fronteriza ha dicho que la mayoría de los migrantes son expulsados a México menos de dos horas después de haber ingresado a Estados Unidos para limitar la propagación del COVID-19, lo que significa que llegan de noche.