Las autoridades mexicanas entregaron el cuerpo de Bionce Amaya Cortez, residente estadounidense asesinada en el norteño estado de Nuevo León, a su familia en Mission, Texas, según informó este jueves su madre, quien advirtió que "no descansará" hasta que haya justicia.
“El día de ayer llegó mi hija a Mission y el sábado ya mi hija va a poder descansar en paz, pero yo no descansaré hasta ver a los que mataron a mi hija enfrentar la justicia”, aseguró a EFE la madre de Bionce, Flor Esthela Cortez Garibay.
Las circunstancias de la muerte de la joven de 20 años, quien salió de Texas el 6 de abril para pasar las vacaciones de Semana Santa en Nuevo León, aún no se han esclarecido.
Sin embargo, ya se liberaron órdenes de aprehensión contra sospechosos de los hechos, según informó la Fiscalía General de Justicia de Nuevo León, el 15 de abril.
Amaya Cortez perdió contacto con su familia el 9 de abril y el viernes 14 su cuerpo apareció en un rancho de la comunidad El Verde, en el municipio de General Bravo, tras una serie de cateos ejecutados por la Fiscalía General de Justicia del estado.
Su madre agradeció el apoyo de los medios de comunicación por difundir el caso de la joven, quien dejó en la orfandad a un menor de tan solo cuatro meses.
Los servicios religiosos comenzarán mañana en el centro de eventos Virgin Wilson y el sábado se realizará el funeral en el cementerio Santa Fe Celestian Garden, en Mission, Texas.
Se presume como sospechosos de su muerte a un grupo de cinco amigos, hombres y mujeres, con los que disfrutaba las vacaciones de Semana Santa.
Este caso evidencia la crítica situación de las desapariciones, en particular de mujeres jóvenes, que atraviesan al estado de Nuevo León, donde este viernes se cumple un año de la desaparición de Debanhi Escobar, quien después apareció muerta en un motel y cuya imagen abandonada en la carretera causó revuelo internacional.
México vive una crisis histórica con más de 110,000 personas desaparecidas desde que hay registro. EFE