El calor extremo en México, Centroamérica y partes del sur de Estados Unidos ha dejado a millones de personas bajo temperaturas sofocantes, ha sobrecargado las redes de energía y provocado que los icónicos monos aulladores en México se caigan muertos de los árboles.
Los meteorólogos señalaron que las condiciones han sido causadas por lo que algunos llaman domo de calor, una zona de fuertes altas presiones centrada en el sur del Golfo de México y el norte de Centroamérica que impidió la formación de nubes y provocó una gran insolación y altas temperaturas. Este calor extremo se produce en un mundo que se calienta rápidamente debido a los gases de efecto invernadero, que provienen de la quema de combustibles fósiles como el petróleo, el gas y el carbón.
Las altas temperaturas se extienden a lo largo del Golfo de México hasta partes de Estados Unidos, incluidas Texas y Florida. Esta ola de calor ocurre cuando miles de personas en Texas permanecen sin electricidad después de que las tormentas eléctricas azotaran partes del estado la semana pasada.
Shawn Bhatti, meteorólogo de la oficina de pronósticos del Servicio Meteorológico Nacional (NWS por sus siglas en inglés), en Miami, dijo que los vientos del sur que provienen de los trópicos transportaron aire caliente y húmedo hacia el norte desde el ecuador, lo que contribuyó a las condiciones inusualmente cálidas.
El sur de Florida ha estado más caluroso de lo normal. El Aeropuerto Internacional de Miami registró una temperatura máxima diaria de 35,6 grados Celsius, el 19 de mayo. Eso superó las temperaturas de alrededor de 30 grados Celsius que Miami normalmente registra en esta época del año.
Un aviso de calor emitido por el NWS entró en vigor el jueves para zonas de Texas. Se tiene previsto que las temperaturas a lo largo del río Bravo (o Grande) aumenten hasta los 43,9 grados Celsius y 35 grados Celsius en las montañas Davis y Chinati.
Los expertos dijeron que el evento de calor genera preocupaciones sobre las temperaturas del agua del océano y su influencia en la próxima temporada de huracanes en el océano Atlántico.
La región está pasando de una fase de El Niño, en la que suele reducirse la actividad de los ciclones tropicales en el Golfo de México y el Atlántico Norte, a una fase de La Niña, en la que aumenta la probabilidad de que se produzcan ciclones tropicales, dijo Andrew Kruczkiewicz, investigador principal de la Facultad Meteorológica de la Universidad de Columbia.
Kruczkiewicz agregó que el calor extremo añade otro ingrediente al riesgo de la actividad de los ciclones tropicales esta temporada, ya que estas tormentas son alimentadas por las temperaturas cálidas del océano.
La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA por sus siglas en inglés) dijo el jueves que hay un 85% de posibilidades de que la temporada de huracanes en el Atlántico, que comienza el 1 de junio, esté por encima del promedio en actividad de tormentas.
La brutal ola de calor de México se ha relacionado con la muerte de más de una veintena de personas desde marzo. Pero se prevé que la peor parte se produzca a finales de esta semana y principios de la próxima.
Mónica Eréndira Jiménez, del Servicio Meteorológico Nacional de México, dijo que la actual ola de calor será una de las más largas y preocupantes de 2024 porque afecta a la mayoría del país. En mayo, más de 46 localidades registraron temperaturas récord.
La situación es especialmente grave en lugares como la Ciudad de México, que el 9 de mayo registró una temperatura máxima récord de 34,3 grados Celsius (casi 94 grados Fahrenheit) y se espera que alcance los 35 Celsius, en los próximos días. En la capital el calor se combina con la contaminación, por lo que se espera que aumenten las concentraciones de ozono, advirtió el programa de cambio climático de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Los impactos en la vida silvestre han conmocionado a los científicos, quienes reportaron la muerte de más de 130 monos aulladores en las selvas del sudeste y una mayor mortalidad de aves en la parte norte del país, probablemente causadas por el calor y otros factores.
Con precipitaciones inferiores a la media en casi todo el país este año, los lagos y las represas se están secando y el suministro de agua se agota.