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El líder de la organización ultraderechista Proud Boys en Seattle, Ethan Nordean, fue condenado este viernes a 18 años de prisión por el ataque al Capitolio estadounidense del 6 de enero de 2021.
El pasado mayo, tras un juicio de cuatro meses, Nordean y otros tres cabecillas de ese grupo nacionalista, incluido el líder, Enrique Tarrio, de origen cubano, fueron declarados culpables de conspiración sediciosa.
Su condena iguala a la más alta emitida hasta ahora contra un imputado por el ataque, la de 18 años que recibió en mayo el fundador del también grupo ultraderechista Oath Keepers, Stewart Rhodes, igualmente por la conspiración para que el expresidente Donald Trump (2017-2021) siguiera en la Casa Blanca.
La fiscalía había solicitado 27 años de cárcel contra él. A Nordean, también conocido como Rufio Panman, se le vio encabezando con un megáfono a un grupo de manifestantes poco antes de que comenzara esa revuelta, que intentó impedir la certificación de la victoria electoral del demócrata Joe Biden sobre Trump en los comicios de 2020.
Su veredicto se une al de otros tres cabecillas o miembros destacados de esa organización pronunciado esta semana.
Hoy también, Dominic Pezzola, quien rompió con un escudo policial robado la primera ventana por la que los manifestantes entraron al Capitolio, recibió 10 años de cárcel, 10 menos de los que solicitaba contra él la Fiscalía.
El jueves tuvieron su veredicto Joseph Biggs, lugarteniente de Tarrio, y Zachary Rehl, el exlíder en Filadelfia, para los que se dictaron 17 y 15 años de prisión, respectivamente, mientras que el próximo martes será el turno de Tarrio.
Rehl, Biggs, Nordean y Tarrio fueron hallados culpables en mayo de conspirar para cometer sedición. Pezzola se libró de ese cargo, pero se le consideró culpable de asalto, resistencia a un agente de la autoridad y robo de bienes gubernamentales.
Según el Departamento de Justicia, el ataque comenzó a las 10.00 de la mañana, cuando Biggs, Rehl y otros convencieron a unas 200 personas para ir desde la Elipse, el parque situado al sur de la Casa Blanca, hacia el Capitolio, saltándose múltiples barreras de seguridad.
A lo largo del proceso, los fiscales mostraron mensajes y vídeos publicados por los propios acusados y otros miembros del grupo, que llamaban a la violencia y a la revolución contra el cambio en la presidencia.
Ese 6 de enero de 2021 unas 10.000 personas -la mayoría simpatizantes de Trump- marcharon hacia el Capitolio y unas 800 irrumpieron en el edificio. Hubo cinco muertos y cerca de 140 agentes heridos.
Desde entonces, más de 1.000 personas han sido arrestadas prácticamente en los 50 estados del país por delitos relacionados con el ataque y más de 350 han sido imputadas por asalto u obstaculización del cumplimiento de la ley, según indicó este jueves el Departamento de Justicia.
Aunque no directamente por el ataque, el propio Trump está imputado tanto en Washington como en el estado de Georgia por sus intentos para revertir los resultados de las presidenciales de 2020.
El exmandatario se ha declarado no culpable en esos dos casos y en los otros dos casos penales abiertos contra él, en Florida por llevarse de la Casa Blanca papeles clasificados y en Nueva York por pagos irregulares a la actriz porno Stormy Daniels para silenciar durante la campaña de 2016 un "affaire" que tuvieron en el pasado.