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El ataque de ira de Will Smith, quien golpeó al humorista Chris Rock por bromear con la alopecia de su esposa, dejó atónito al público durante la ceremonia de los Óscar minutos antes de verle llorar al recibir la estatuilla al mejor actor, pero la gala tuvo otros momentos destacados, como la petición de ayuda para Ucrania.
Todo se desarrollaba según lo planeado hasta que el humorista Chris Rock subió al escenario para presentar el Óscar al mejor documental. Hizo un par de chistes y después uno sobre la cabeza rapada de Jada Pinkett Smith, la esposa de Will Smith, quien sufre alopecia.
De repente, Will Smith subió al escenario y le pegó en la cara. "¡Mantén el nombre de mi esposa fuera de tu puta boca!", soltó de vuelta en su asiento. La cadena ABC cortó el sonido.
"El amor te hace hacer locuras", se disculpó Smith, llorando, al recibir el Óscar al mejor actor por "Rey Richard: una familia ganadora". "¿Me perdí algo?", dijo entonces la humorista Amy Schumer, una de las presentadoras de la velada, haciéndose la ingenua, con lo que arrancó las risas del público.
Una vez terminada la velada, la policía de Los Ángeles aclaró que Chris Rock no había presentado una denuncia.
La Academia, por su parte, tuiteó que "no aprueba la violencia de ninguna forma", sin hacer referencia directa a lo ocurrido.
Era una de las preguntas que se hacían los organizadores: ¿cómo abordar el drama de la guerra en Ucrania? Amy Schumer propuso que el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, hablara durante la velada.
UCRANIA, PRESENTE EN LA CEREMONIA DE LOS OSCAR
Finalmente se optó por guardar un minuto de silencio durante la ceremonia, mientras se transmitían mensajes que incitaban a participar en el envío de ayuda humanitaria al país, invadido por Rusia.
"Presidente (Joe) Biden, traiga a casa a Brittney Griner", la jugadora de baloncesto estadounidense detenida desde hace más de un mes en Rusia, dijo también el productor Ben Proudfoot al recibir el Óscar al mejor documental corto por "La reina del baloncesto".
Apenas ha habido referencias a la política, a pesar de algunas ironías sobre el lugar de la mujer en el cine lanzadas por Amy Schumer durante la inauguración.
"Este año, la Academia contrató a tres mujeres como anfitrionas porque es más barato que contratar a un hombre", bromeó, rodeada de sus dos compañeras, Regina Hall y Wanda Sykes.
Todo un símbolo: fueron las hermanas y estrellas del tenis estadounidense Serena y Venus Williams, protagonistas de la película "Rey Richard: una familia ganadora", quienes presentaron a Beyoncé para comenzar la velada. Cantó "Be Alive", el tema de la película, con un decorado de fondo verde manzana, desde las canchas de tenis de Compton, un suburbio de Los Ángeles donde las hermanas Williams entrenaban cuando eran jóvenes.
Cuando falta una semana para los premios Grammy, la gala dio un papel estelar a la música, entre Beyoncé, Billie Eilish, Sebastián Yatra o Megan Thee Stallion, Becky G y Luis Fonsi que animaron la fiesta con el éxito "We Don't Talk About Bruno".
Fue otra voz legendaria, la de la actriz y cantante Liza Minnelli, quien cerró la velada junto a Lady Gaga para entregar el Óscar a la mejor película, el galardón supremo, que recayó en "CODA".
Minnelli, de 76 años, apareció sonriente. "Estoy tan feliz de estar aquí", dijo, conmovedora.
Hace 60 años, la legendaria Rita Moreno ganó el Óscar a la mejor actriz de reparto por su interpretación de Anita en la película musical "Amor sin barreras" ("West Side Story"). Y este domingo ha sucedido algo inusual: Ariana DeBose recibió el Óscar en la misma categoría por el mismo papel, en la adaptación de Steven Spielberg.
La actriz de 31 años, cuya familia es puertorriqueña como Rita Moreno, rindió homenaje a su predecesora, de 90, quien la aplaudió en la sala. "Tu Anita abrió el camino a miles de Anitas como yo", dijo, refiriéndose al personaje de inmigrante puertorriqueña que ambas interpretaron.
La ceremonia fue una oportunidad para soplar las velas de algunas obras cinematográficas legendarias.
Primero, los 60 años del primer James Bond, "Dr. No", estrenado en 1962. ¿Y qué mejor regalo que un Óscar? Billie Eilish se hizo con el galardón por su tema de James Bond "Sin tiempo para morir". Lucía un vestido negro y el cabello del mismo color, lejos de las mechas verdes de sus comienzos o del rubio platino al estilo Marylin Monroe más reciente.
"El Padrino", el primer volumen de la trilogía sobre la mafia ítalo-estadounidense, cumplió 50 y la cinta "Los blancos no la saben meter", 30.