El presidente Donald Trump chocó con varios aliados de Estados Unidos pero con la canciller alemana Angela Merkel parece tener una especial enemistad.
El abrupto anuncio de Trump de que reducirá a la mitad (25.000) los soldados estadounidenses estacionados en Alemania, una decisión que preocupa a la OTAN, es la culminación de crecientes tensiones entre los líderes de las más populosas naciones de la alianza atlántica.
Trump calificó a Alemania de ser "negligente" con la OTAN, en referencia a que Berlín no cumple la meta de destinar a defensa el 2% de su PIB. También dijo: "nos tratan muy mal en materia comercial".
El último episodio se gestó luego que Merkel, una mujer dedicada a la ciencia antes de entrar a la política y que actuó rápidamente ante la pandemia, desdeñó la idea de Trump de reunir este mes en Washington a los líderes del Grupo de los Siete.
Trump aplazó la cumbre y dijo que la extendería a otros líderes como el presidente ruso Vladimir Putin, que fue expulsado luego de la anexión de Crimea en 2014.
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Mientras voceros de Merkel mencionan preocupaciones de salud publica, Trump ansía normalizar la vida de Estados Unidos en procura de conquistar la reelección en los comicios de noviembre.
La elección de Trump en 2016 conmocionó a aliados de Estados Unidos pero muchos trataron de relacionarse con él. Lo alabaron líderes de Japón, Reino Unido y Francia, aún cuando el presidente francés Emmanuel Macron ha tenido airados desacuerdos.
Desde el comienzo, Merkel hizo muy poco por disimular su desdén por Trump, quien llegó a la Casa Blanca abogando por cerrar las fronteras de Estados Unidos y explícitamente criticó a Alemania por acoger a millones de migrantes.
Varios meses después de iniciarse el mandato de Trump, Merkel hizo olas al decir que Washington y Londres, que había decidido irse de la Unión Europea, ya no eran aliados confiables por lo que Europa debería "asumir su destino con sus propias manos".
Trump, a su vez, hizo trizas la cortesía entre aliados. En 2018 tuiteó que los alemanes "se volvieron en contra de sus líderes" debido al "gran error" cometido en materia migratoria e incorrectamente afirmó que la criminalidad se había disparado en Alemania.
La académica Sudha David-Wilp consideró que si bien podía haber un asunto de género como factor de enfrentamiento, Merkel también estuvo muy unida a Barack Obama (2009-2017), antecesor de Trump.
Para Obama "Alemania era el socio indispensable, especialmente a la luz del Brexit", dijo David-Wilp que integra la entidad de relaciones transatlánticas German Marshal Fund de Estados Unidos.
"De manera que creo que obviamente el presidente Trump era probablemente receloso de Angela Merkel y viceversa", agregó.
Además, sus personalidades son "diametralmente opuestas", acotó. Trump probablemente advirtió rápidamente que Merkel no tiene paciencia ante los intentos de encantarla.
David-Wilp dijo que las relaciones bilaterales podrían mejorar si Trump pierde ante el virtual candidato demócrata Joe Biden, otrora vicepresidente de Obama
No obstante, advirtió que en la era Obama las diferencias entre ambos países existían pero se expresaban más sutilmente. Obama incluso reprochó a Alemania no hacer mucho más por la Unión Europea.
Alemania, que tuvo una posición muy dura durante la crisis económica de Grecia, mostró hace poco su lado más blando al apoyar medidas para que todo el continente se recupere tras la pandemia.
"Los asuntos son de larga data y no desparecerán. Pero en un gobierno de Biden, ciertamente habrá un esfuerzo mayor para reparar los daños", dijo David-Wilp.
Ivan Krastev, presidente de un centro de estudios liberales de Bulgaria, dijo que el ánimo parece haber cambiado en Alemania, país "que alguna vez fue más pro Atlántico".
En una conferencia en la Brookings Institution, Krastev dijo que las opiniones podrían cambiar pero también apuntó que no todos los europeos aprobaban a Obama.
"Creo que se comete un error al creer que simplemente con la vuelta de Biden, Europa mejorará sus relaciones con Estados Unidos", dijo.