El alcalde de Nueva York, el demócrata Bill de Blasio, que tiene aspiraciones presidenciales para 2020, organizó el lunes una protesta dentro de la Trump Tower para denunciar que los edificios del presidente estadounidense están "entre los mayores contaminadores" de la ciudad.
De Blasio arengó a unos 70 manifestantes al grito de "¡Nuestro planeta no es tu ganancia!", y aseguró que los edificios de Donald Trump en Nueva York "producen tantas emisiones de gas invernadero como 5.800 coches al año".
"Corta tus emisiones o cortaremos algo que realmente te importa: nos quedaremos con tu dinero", amenazó el alcalde a Trump en la planta baja de la torre de 58 pisos donde el mandatario residía antes de llegar a la Casa Blanca en enero de 2017.
Tres semanas después de la adopción de una ley que obliga a los edificios de más de 2.300 m2 a reducir sus emisiones en un 40% para 2030, el alcalde se posiciona así al frente de la lucha contra Trump y contra el calentamiento climático.
Y todo frente a las mismas escaleras mecánicas donde Trump lanzó su campaña para las presidenciales en junio de 2015.
Según De Blasio, la Trump Tower podría ser multada en hasta 500.000 dólares anuales si no respeta la nueva ley, mientras el total de sus ocho rascacielos neoyorquinos podría costarle 2,1 millones de dólares en multas.
"Este es mi mensaje para el presidente Trump: no haga tonterías en nuestra ciudad (...) Respete a los neoyorquinos, infórmese de lo que sucede en su ciudad natal, repare sus edificios, y ya que está, cambie de política y retorne al Acuerdo de París", dijo De Blasio, que se refirió a Trump como un "negacionista del cambio climático".
A veces fue difícil escuchar al alcalde: su protesta fue invadida por una veintena de manifestantes pro-Trump que gritaban "¡Este no es mi alcalde!" y alzaban carteles que leían "Trump 2020" o "El peor alcalde de todos", subiendo y bajando en cadena las escaleras mecánicas.
De Blasio precisó que anunciará esta semana si participará o no en las internas demócratas para presidente en 2020.
Los sondeos le son muy desfavorables, incluso en su ciudad. El último, de inicios de abril, señala que un 76% de los neoyorquinos no quieren que se lance a la presidencia.