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El actor Dwayne Johnson tenía una deuda pendiente con una tienda de conveniencia en Hawái y regresó a pagar por todos los chocolates que robó cuando era niño.
El protagonista de Black Adam contó a sus fanáticos que cuando vivía en la isla de Hawái su familia estaba en quiebra y acudía a una sucursal de 7-Eleven para robar chocolates Snickers de tamaño grande. “The Rock” admitió que hurtó los dulces desde los siete hasta los 11 años y durante una época en la que se metió al gimnasio a los 14 años de edad.
"La misma trabajadora estaba ahí todos los días, siempre volteaba la cabeza y nunca me atrapaba", contó.
“Finalmente regresé a casa para arreglar lo que estaba mal”, señaló al compartir un video de su visita a través de Instagram.
El actor de Hollywood sorprendió a los clientes y los trabajadores de la sucursal cuando cruzó las puertas.
El exluchador compró todas las barras de chocolate que había en la tienda de Hawái. Mientras pagaba en el mostrador, invitó a algunos clientes a tomar uno de los dulces que estaba adquiriendo. También pagó a por las compras que llevaban las otras personas en la sucursal y pagó 298 dólares en total.
No obstante, el resto de las barras las dejó al empleado con una indicación especial. “Voy a dejar esto aquí. Si parece que alguien quiere robar un Snickers, dáselo para que no tenga que hurtar”, indicó.
El artista confesó que cada vez que regresaba a la isla veía el 7-Eleven y sabía que tenía que ir y arrasar con todas las barras de chocolate de la forma correcta. "No podemos cambiar el pasado, pero de vez en cuando podemos agregar una pequeña acción para redimir esa situación", comentó.
“The Rock” ahora es uno de los actores mejor pagados de Hollywood, pero durante su infancia sufrió por la falta de dinero y su familia fue desalojada de la casa en la que residían en Hawái.
En junio pasado, Johnson impresionó a su madre al regalarle la “casa de sus sueños”, llena de recuerdos de sus orígenes hawaianos.