La actriz porno Stormy Daniels volvió a subir al estrado este jueves en el juicio penal contra el expresidente Donald Trump (2017-2021), esta vez para ser cuestionada por los abogados del candidato republicano, que pintaron a la mujer de 45 años como una persona mentirosa y motivada por el dinero.
Como viene siendo habitual en el juicio, que empezó con la selección de jurado hace cuatro semanas, Trump -acusado de 34 cargos de falsificación de documentos comerciales para ayudar a encubrir una aventura extramatrimonial con Daniels- pasó la mayor parte del testimonio de respaldado en su silla con los ojos cerrados o mirando las declaraciones en un monitor delante de él con el ceño fruncido.
Daniels declaró durante cinco horas el martes -los miércoles no hay juicio- y contó de manera relajada cómo fue la noche que pasó con el magnate en 2006 en la habitación de hotel en la que tuvieron una relación sexual sin protección, un testimonio en el que detalló intimidades, como el pijama de satén con el que el político la recibió.
A diferencia del martes, la también guionista y directora de cine adulto se enfrentó hoy a un interrogatorio mucho más difícil, ya que las preguntas se las hizo Susan Necheles, una de las abogadas de Trump, y no la Fiscalía.
Con sus preguntas, Necheles intentó mostrar a Daniels como una persona motivada por el dinero, que odia a Trump y con poca credibilidad debido a las distintas versiones de los hechos que ha contado durante la última década.
La abogada cuestionó numerosas incongruencias de Daniels a lo largo de los años, por ejemplo si fue Trump o su guardaespaldas quien le pidió el teléfono cuando se conocieron en un torneo de golf; qué medio de trasporte usó para ir a su cita con el magnate, y si cenó o no la noche que subió a su lujosa habitación de hotel en 2006, cuando ella tenía 27 años y él 59.
Como parte de un acuerdo de confidencialidad -por el que se le pagó 130.000 dólares durante la campaña electoral del magnate de 2016- Daniels negó esa aventura, pero hoy dijo que hubiese preferido hacer una conferencia de prensa contando lo ocurrido.
Daniels, que hoy fue al Tribunal Penal de Manhattan con el pelo suelto, gafas de pasta, un vestido verdoso y un cárdigan negro, señaló que el dinero no fue el motivo por el que decidió contar su historia, pues en 2018 dio una entrevista gratuita a CNN.
No obstante, Necheles señaló que desde que Daniels relató su versión la actriz se ha beneficiado con al menos un millón de dólares gracias a su libro, un documental, varias giras y hasta productos de 'merchandising', como una vela de 40 dólares en la que aparece como una "santa para inculpar".
A lo que Daniels volvió a apuntar que tiene todo el derecho a contar "su historia", y que hacer pública su aventura con Trump también le ha costado "mucho dinero”, como gastos legales o contratar guardaespaldas.
Otra tarea de Necheles hoy fue subrayar la imparcialidad de Daniels, al señalar que la bailarina erótica ha atacado a Trump en sus redes sociales en varias ocasiones al llamarle, por ejemplo, "zurullo de color naranja"; Trump, por su parte, la ha apodado "cara caballo".
La abogada también usó la pasión de Daniels por los fenómenos paranormales para atacar la credibilidad de la testigo y le preguntó si ha afirmado que su casa de Nueva Orleans está embrujada, algo que Daniels confirmó asegurando que presenció "una actividad muy interesante e inexplicable".
Necheles resaltó la imaginación de la actriz para escribir guiones de cine adulto, a lo que Daniels dijo con sarcasmo que si hubiese escrito el guion del encuentro sexual con Trump hubiese sido "mucho mejor".
Donald Trump, por su parte, ha negado en varias ocasiones haber mantenido una relación extramatrimonial con la actriz.
Las preguntas de Necheles a Daniels continuarán durante la jornada de hoy.