Decenas de miles de palestinos huyeron este miércoles del norte de la Franja de Gaza ante el avance de las tropas de Israel, que reiteró su rechazo a un alto el fuego con Hamás hasta que el movimiento islamista libere a los rehenes secuestrados hace más de un mes.
"Hoy hemos visto a 50.000 gazatíes salir del norte de Gaza hacia el sur", afirmó el portavoz del ejército israelí, Daniel Hagari, en una rueda de prensa.
"Parten porque entendieron que Hamás perdió el control del norte y que el sur es más seguro", añadió.
El éxodo de civiles hacia el sur del pequeño territorio palestino se aceleró con la intensificación de los bombardeos y combates terrestres, según observadores de Naciones Unidas.
Israel prometió "aniquilar a Hamás" en represalia por el ataque en su territorio el 7 de octubre, en el que los combatientes islamistas mataron a 1.400 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron a unas 240.
El ejército israelí bombardea desde entonces la Franja, desoyendo los múltiples pedidos de tregua.
Del lado palestino, al menos 10.569 personas, en su mayoría civiles y entre ellas más de 4.000 niños, murieron en los bombardeos israelíes, según el Ministerio de Salud del enclave, gobernado por Hamás.
En una incursión al epicentro de los combates organizada por el ejército, cuyas imágenes fueron sometidas a la censura militar, la AFP observó palmeras quemadas, farolas torcidas o paneles de señalización deformados a lo largo de la carretera que bordea la costa.
Un edificio de varias plantas destruido, con sus ventanas y puertas abiertas, albergaba según el ejército una "fábrica de armas de Hamás" donde encontraron material de inmersión submarina y para fabricar drones y bombas.
Imágenes difundidas por el ejército israelí muestran tanques avanzando entre las ruinas humeantes de Gaza donde, según un experto independiente de la ONU, un 45% de las viviendas fueron destruidas o dañadas.
La ONU cifra en millón y medio el número de personas desplazadas desde el inicio de la guerra en el interior del enclave palestino, poblado por 2,4 millones.
"Tomamos la decisión de marchar porque los bombardeos eran muy intensos", dijo a la AFP Ehsan Abu Salem, mostrando a su hijo de dos meses. "Los niños y las mujeres están aterrorizados y no podíamos soportarlo más".
"Era aterrador", contó a AFP Ola al Ghul, otra mujer que huía de los combates. "Levantábamos las manos y seguíamos caminando. Éramos tantos, llevábamos banderas blancas", describió.
Desde hace casi un mes, el territorio palestino se encuentra asediado, sin acceso a agua, comida, medicamentos ni electricidad y dependiente de los escasos convoyes de ayuda que entran por el punto fronterizo de Rafah desde Egipto.
Por ese paso también fueron evacuados decenas de heridos palestinos y personas con pasaporte extranjero. Sin embargo, el miércoles no fue posible porque Israel no aprobó la lista de heridos a evacuar, dijo un dirigente de Hamás a la AFP.
En cambio, la ONU anunció que un convoy de ayuda con suministros médicos llegó al hospital de Al Shifa, el mayor en la Franja, ubicado en medio de la Ciudad de Gaza.
"Aunque bienvenidas, las cantidades que entregamos están lejos de lo suficiente para responder a las necesidades en la Franja de Gaza", dijeron en un comunicado conjunto los responsables de la Agencia de la ONU para los refugiados palestinos y la Organización Mundial de la Salud.
Numerosos actores reclaman un alto el fuego humanitario en el territorio, pero el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, reiteró este miércoles su negativa a concederlo sin la liberación de los rehenes.
"Quisiera poner fin a todo tipo de falsos rumores que nos llegan de todas partes y reiterar algo con claridad: no habrá un alto el fuego sin la liberación de nuestros rehenes", insistió.
Una fuente cercana a Hamás indicó a AFP que Catar media para obtener la liberación de 12 rehenes, seis de ellos estadounidenses, a cambio de una "tregua humanitaria de tres días".
Las discusiones tropiezan por el momento en la "duración" de la tregua y la inclusión en ella del norte de la Franja, donde se centra la ofensiva israelí, precisó esa fuente.
Estados Unidos, principal aliado israelí, también se opone al alto el fuego, pero defiende "pausas humanitarias", una medida respaldada por los cancilleres del G7 reunidos en una cumbre en Tokio.
También está abierto el debate sobre qué hacer con Gaza tras la guerra. Netanyahu aseguró que Israel asumirá la "responsabilidad general de la seguridad" de Gaza por un período indefinido, para impedir que Hamás recupere el poder.
El gobierno consideró el miércoles que era "muy prematuro" hablar de los futuros "escenarios" en Gaza, pero afirmó que el territorio debía ser "desmilitarizado".
El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, dijo que Israel no debe volver a ocupar Gaza, de la que se retiró en 2005 tras 38 años de ocupación.
El conflicto repercute también en Cisjordania, donde más de 150 palestinos murieron a manos del ejército y de los colonos desde el 7 de octubre según la Autoridad Palestina, y en el sur de Líbano, donde se producen intercambios constantes de disparos entre tropas israelíes y Hezbolá.
La violencia también llega a Siria, donde la aviación israelí bombardeó posiciones de Hezbolá, matando a tres combatientes proiraníes, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, que también informó de nueve muertos por un ataque estadounidense contra posiciones de grupos respaldados por Teherán en ese país.