Los hospitales en California están tan abrumados por la pandemia de coronavirus que el estado ha ordenado a los que todavía tienen espacio que acepten pacientes de otros centros de salud que ya se quedaron sin camas de cuidados intensivos.
La orden de salud pública emitida el martes por la noche podría resultar en el envío de pacientes al norte de California desde el sur del estado y la zona agrícola de San Joaquin Valley, donde se ordenó a 14 condados posponer de inmediato las cirugías no esenciales para dejar camas disponibles. La orden, que durará al menos tres semanas, también se aplica a cualquier condado donde la capacidad de las unidades de cuidados intensivos (UCI) para tratar a los pacientes con COVID-19 esté tocando fondo.
“Si continuamos viendo un aumento alarmante de las admisiones de pacientes por COVID-19 en los hospitales de todo el estado, es posible que algunas instalaciones no puedan brindar la atención crítica y necesaria que los californianos necesitan, ya sea que esos pacientes tengan COVID-19 u otra condición médica”, dijo el doctor Tomás J. Aragón, funcionario de salud pública del estado.
Gran parte del año pasado, el estado más poblado de la nación hizo lo correcto para evitar una catástrofe, pero ahora el virus está arrasando y California prácticamente encabeza la lista de estados con más casos de coronavirus per cápita. Aunque ya se están administrando lentamente las vacunas, se calcula que pasarán muchas semanas más para sofocar el contagio.
En Los Ángeles siguen aumentando las hospitalizaciones día tras día y el martes se estableció otro récord, con casi 8.000 ingresados y más de una quinta parte están en una UCI. El condado, que representa una cuarta parte de los 40 millones de residentes de California, tiene más del 40% de las 27.000 muertes por coronavirus del estado.
En ocasiones, algunos hospitales han tenido que cerrar sus puertas porque se han visto superados, dejando ambulancias esperando hasta ocho horas y desviando a otras a diferentes salas de emergencia.
El martes, el estado solicitó formalmente el despliegue de 500 médicos federales para ayudar al personal de los hospitales y hogares de ancianos especializados después de enterarse de que no volvería el buque hospital USNS Mercy Hospital, que atracó en Los Ángeles cuando comenzó la pandemia el año pasado para atender a pacientes de coronavirus.