Tras aprobar el miércoles la distribución masiva de la vacuna de Pfizer/BioNTech, el Reino Unido se dispone a desplegar la primera campaña en un país occidental de vacunación contra el coronavirus, una operación larga y logísticamente compleja.
Los controles realizados por la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios (MHRA) británica son "equivalentes a todas las normas internacionales", aseguró June Raine, directora de este organismo independiente.
Para ganar tiempo "equipos separados trabajaron en paralelo", "día y noche" con fines de semana incluidos, en los diferentes aspectos, sin esperar a que uno terminara antes de comenzar el otro, explicó.
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En opinión de la doctora Penny Ward del King's College de Londres, las diferencias de procedimiento entre la MHRA, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) pueden explicar la velocidad de los británicos.
"A diferencia de la EMA, la MHRA puede hacer preguntas a medida que surgen y obtener respuestas más rápidamente", subrayó.
El ministro de Sanidad británico, Matt Hancock, aseguró que el Brexit permitió que el Reino Unido aprobara la vacuna primero, pero la MHRA matizó esta afirmación, asegurando que sigue los mismos procedimientos que los europeos.
La vacuna, que mostró un 95% de efectividad en los ensayos clínicos, requiere dos inyecciones con 21 días de diferencia.
BioNTech y Pfizer afirmaron que esperan suministrar hasta 50 millones de dosis a nivel mundial en 2020 y hasta 1.300 millones en 2021.
El Reino Unido ha pedido un total de 40 millones y espera recibir un lote inicial de 800.000, que permite inocular a 400.000 personas, para comenzar su distribución la próxima semana.
Las autoridades reguladoras aún deben aprobar la vacuna en Estados Unidos, que ha pedido 100 millones de dosis, y en la Unión Europea, donde se han pedido 300 millones.
La campaña de inmunización en el Reino Unido empezará a principios de la próxima semana y seguirá un orden de prioridades.
Los residentes de los geriátricos son los primeros en la lista, seguidos por sus cuidadores y las personas mayores de 80 años. De momento, el último grupo previsto son los mayores de 50 años.
No se recomienda administrarla a las mujeres embarazadas y los niños, con algunas excepciones.
Los servicios de salud se pondrán en contacto con 400.000 personas consideradas prioritarias y cada uno recibirá dos dosis.
Esta será "la mayor campaña de vacunación que se haya llevado a cabo en la historia de nuestro país", afirmó Simon Stevens, jefe del servicio de salud pública de Inglaterra. La vacunación no será obligatoria.
La vacuna Pfizer/BioNTech tiene que ser almacenada a muy bajas temperaturas, entre 70ºC y 80ºC bajo cero. Los centros de inoculación deberán estar equipados con congeladores apropiados.
Las dosis se transportarán desde la planta de Pfizer en la localidad belga de Puurs.
El profesor Munir Pirmohamed, presidente de la comisión británica sobre medicina humana, explicó que la vacuna es "estable durante un breve período de tiempo entre dos y ocho grados, lo que permite transportarla a los lugares de vacunación".
Las primeras dosis "estarán en los almacenes de distribución del gobierno este fin de semana", aseguró Ben Osborn, director de Pfizer UK, precisando que solo se distribuirá en el servicio público de salud y no en clínicas privadas.
Además de en hospitales, la población podrá recibir las dosis en farmacias, ambulatorios y centros de vacunación especialmente establecidos en estadios deportivos u otras instalaciones.
Los 40 millones de dosis pedidas por las autoridades británicas permitirán vacunar a 20 millones de personas, menos de un tercio de su población (66,5 millones de habitantes).
El Reino Unido también ha pedido vacunas a otros productores, incluidas 100 millones de dosis de la desarrollada por la Universidad de Oxford y el laboratorio británico AstraZeneca, y 60 millones de dosis de la vacuna Novavax.
Llevará varios meses vacunar a las categorías de población identificadas como más vulnerables.