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Casi 70 residentes que enfermaron de coronavirus han fallecido en un asilo para veteranos en Massachusetts, donde las autoridades estatales y federales intentan averiguar qué se hizo mal durante el brote más mortal en un centro de este tipo en Estados Unidos.
Mientras la cifra de muertos continúa en aumento en la Casa Hogar para Soldados Holyoke, de administración estatal, las autoridades federales investigan si a los residentes se les negó la atención médica adecuada y la fiscalía estatal sopesa la posibilidad de presentar cargos.
“Es horrible”, dijo Edward Lapointe, cuyo suegro vive en ese asilo y tuvo un caso leve de COVID-19. “Esas personas nunca tuvieron una oportunidad”.
En total, 66 de los veteranos residentes a los que se les diagnosticó el virus han fallecido, informaron el lunes las autoridades, y se desconoce la causa de otra muerte. Otros 83 residentes y 81 miembros del personal han arrojado positivo al coronavirus.
El superintendente del asilo, que fue puesto en licencia administrativa, ha defendido su respuesta ante la situación y acusó a las autoridades estatales de asegurar falsamente que desconocían el alcance del problema en el lugar.
El superintendente Bennett Walsh dijo a principios de mes que las autoridades estatales sabían que el asilo estaba en “situación de crisis” en cuanto a escasez de personal y se le avisó desde el principio y frecuentemente de los contagios en el lugar.
Los problemas de personal que afectaron al asilo durante años contribuyeron a que el virus se propagara como fuego, dijo Joan Miller, una enfermera del lugar.
Debido al poco personal, los empleados de una unidad se movían constantemente para ayudar en otras unidades llevando consigo los gérmenes, agregó. En cierto punto, se cerró una unidad debido a que no había personal suficiente, y los veteranos de ese lugar fueron trasladados a otras partes del edificio, apuntó.
“Ahí fue que todo explotó”, agregó.
La situación actualmente se encuentra “contenida de cierta forma” porque hay muy pocos veteranos en el asilo, señaló Miller. A finales de marzo había casi 230 residentes en el lugar y el lunes había apenas 100 en el lugar, según un reporte del The Boston Globe.
Beth Lapointe dijo que el compañero de cuarto de su padre fue diagnosticado en marzo y posteriormente falleció, pero en un inicio se negaron a realizarle la prueba a su padre porque no presentaba síntomas.