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Florida registró 5.266 casos nuevos de la COVID-19 en las últimas 24 horas, una cifra muy por debajo de las de los tres últimos días, aunque puede deberse a que el domingo se realizaron muchas menos pruebas que sábado, pero en Miami-Dade la pandemia no da respiro y los casos aumentaron en más de 1.500.
La cifra de contagiados acumulada desde el 1 de marzo asciende así hasta los 146.361, de los cuales a día de hoy 3.447 (28 más que ayer) han fallecido a causa del virus, según el Departamento de Salud de Florida.
Por primera vez en los últimos tres días el número de contagios diarios no superó los 8.500, aunque el domingo tan solo se hicieron 41.626 pruebas en comparación con los 72.195 efectuadas el pasado sábado.
En el condado de Miami-Dade, principal foco de la enfermedad, la cuenta de contagios creció este lunes con el récord de 1.508 nuevos casos y se situó en 35.222, de los cuales 975 han resultado fatales.
De las 28 muertes registradas en Florida por la COVID-19 en las últimas 24 horas, 22 han sido en Miami-Dade, que está cada vez más lejos de los otros condados de Florida en la escalada de la COVID-19.
En Broward, segundo condado más afectado, los casos se sitúan en 15.045, tras sumar los 425 nuevos de hoy, y las muertes se mantienen en 382, como el domingo. En Palm Beach hubo 322 nuevos casos v ahora el acumulado es de 13.711, con 503 muertes.
Desde el 1 de marzo las hospitalizaciones por coronavirus suman 14.354 con las 218 registradas en las últimas 24 horas, de acuerdo con las cifras del Departamento de Salud.
El estado se encuentra en la Fase Dos de las tres con las que cuenta el plan del gobernador Ron DeSantis para la reactivación económica, que comenzó en mayo.
UN 4 DE JULIO DIFERENTE
Pese al evidente repunte de los contagios, especialmente en Miami-Dade, el republicano DeSantis mantiene que es necesario seguir adelante con la reapertura y considera que hacer obligatorio el uso de mascarillas en lugares públicos a nivel estatal no serviría para detener el contagio.
En Miami-Dade y en otros condados sí han tomado esa medida y otras como prohibir el acceso a las playas para festejar el 4 de julio, Día de la Independencia de Estados Unidos, para evitar aglomeraciones.
Del 3 al 7 de julio las playas estarán cerradas en Miami-Dade, Broward y Palm Beach. Muchas ciudades han suspendido la clásica quema de fuegos artificiales.
El alcalde del condado de Palm Beach, David Kerner, señaló este lunes ante los medios de comunicación que toma esta decisión porque "está preocupado por la gente que pueda venir desde Broward y Miami Dade en caso de que se mantuvieran las playas de aquí abiertas".
"Siempre pondremos la salud pública primero. No pretendo quitarle importancia al hecho de que nuestras playas no serán accesibles durante el fin de semana del 4 de julio, un día en que celebramos nuestro país y nuestro patriotismo, pero a veces tenemos que hacer sacrificios", añadió Kerner.
Del mismo modo, el alcalde del condado de Broward, Dale Holness, hizo lo propio este lunes en una rueda de prensa "debido al incremento en el número de casos a lo largo de toda Florida" y advirtió de que aquellos que no cumplan con esta prohibición "tendrán que hacer frente a cargos criminales o civiles".
Para las autoridades estatales, el repunte en el número de casos de la última semana se ha producido por "el contacto comunitario entre los jóvenes", especialmente en los bares muchos de los cuales reabrieron por primera vez después de tres meses el pasado 5 de junio.
El secretario del Departamento de Trabajo y Regulaciones Profesionales, Halsey Beshears, emitió una orden el pasado viernes prohibiendo el consumo de alcohol en estos negocios, una norma que no afectaba a los restaurantes u otros negocios en los que menos del cincuenta por ciento de sus beneficios provengan de la venta de alcohol.