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Una parte de los comercios reabrió este viernes en el sureño estado de Georgia, a pesar de la pandemia de coronavirus que ha causado más de 50.000 muertos en Estados Unidos.
Opositores al gobernador republicano Brian Kemp, e incluso el presidente Donald Trump, que quiere reactivar la economía, consideran esta decisión demasiado apresurada.
Kemp, ferviente partidario de Trump, decidió reabrir los gimnasios, los bowlings, los centros de tatuaje, peluquerías y salas de cuidados estéticos.
Deberán sin embargo respetar "reglas básicas" como la distancia social y la limitación del número de clientes en sus instalaciones.
En cambio, los bares y discotecas permanecerán cerrados por el momento. La orden de confinamiento llegará a su fin el primero de mayo en este estado del sureste del país.
Kemp, que asegura contar con el apoyo de las autoridades sanitarias locales, dijo el jueves que los comercios darán "prioridad a la salud y el bienestar de los empleados y clientes".
En un pequeño centro comercial de Atlanta, la capital del estado, Chris Edwards abrió su peluquería a las 07H00. "Sí, estoy contento", dijo a la AFP con su rostro cubierto por una máscara luego de cortar la barba de un cliente a cara descubierta.
"Soy un pequeño comerciante. Si no corto el pelo no gano dinero", explicó, y aseguró que sigue todas las consignas de seguridad.
Más lejos, un taller de tatuajes trabajaba solo con cita previa. "Esperábamos con impaciencia reabrir, pero queremos ser responsables", dijo su propietario, Rob Flat.
Con más de 21.800 casos positivos de coronavirus y 880 decesos en Georgia, muchos fustigan la decisión de Kemp, que consideran "irresponsable" y peligrosa.
"Algunos quieren sacrificar vidas en nombre de la economía y es inaceptable", lanzó el viernes en la cadena de TV ABC la alcaldesa demócrata de Atlanta, Keisha Lance Bottoms.
"No hay nada esencial en el bowling o hacerse una manicura en medio de una pandemia", afirmó. "Las cifras no bajan. Miles y miles de personas son diagnosticadas positivas" y "nuestra tasa de mortalidad sigue subiendo", enfatizó.
Según la jefa municipal, Georgia no respeta los criterios del plan preparado por la Casa Blanca para reactivar gradualmente la actividad de la mayor potencia mundial.
Estos criterios prevén una caída continua del número de casos y defunciones, o un número suficiente de test y camas de hospitales en caso de repunte de la epidemia.
Frente a la residencia del gobernador en Atlanta, una decena de automovilistas protestaron con carteles con leyendas como "La estupidez mata" y "Cree en la ciencia, no en Kemp".
"Me temo que empeorará", dijo la AFP Eden Lio, artista, mesera y encuadernadora de libros que se manifestó pese a perder sus dos trabajos estables.
Lio cree que una "segunda ola" de covid-19 "matará a muchas más personas de las que cualquiera pueda imaginar y, a largo plazo, los cierres terminarán durando un año o más".
Entre los que creen que es demasiado temprano para la reapertura está Randy Adler, quien no tiene planes de abrir su restaurante Bab's Midtown el lunes. Adler cree que el gobernador tomó "una decisión irresponsable basada en el dinero, más que en la ciencia".
Incluso Trump, ferviente partidario de una rápida activación, aseguró el viernes en Twitter que "nunca" dijo "OK al gobernador Brian Kemp sobre estos pocos comercios no concernidos por el plan" del gobierno federal.
"Los spas, institutos de belleza, tatuadores y peluquerías deberían esperar un poco", añadió, aunque sostuvo que le pidió a Kemp "hacer lo que sea necesario para el gran pueblo de Georgia".
El nuevo coronavirus ha provocado una grave crisis económica que ha dejado sin empleo a 26 millones de estadounidenses.
Según la Casa Blanca, 16 estados ya han presentado planes para la salida de la crisis. Texas y Vermont han autorizado una reanudación parcial de las actividades, y Carolina del Sur y Florida han reabierto parte de sus playas.
Pero en Nueva York, epicentro de la pandemia en el país, no se baja la guardia. "Sé que todos están impacientes", dijo el viernes el gobernador Andrew Cuomo. Pero si los comercios abren demasiado rápido, "esto es lo que sucederá: todo el progreso logrado desaparecerá", advirtió, y dijo temer una "segunda ola" de contagios.