TE RECOMENDAMOS
Dos consejeros económicos del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, defendieron la necesidad de una expeditiva reapertura económica pese a que la pandemia sigue activa y se ha colado incluso en la Casa Blanca.
Los comentarios del secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, y de Larry Kudlow, consejero económico presidencial, llegan apenas dos días después de conocerse un récord histórico de desempleo, con una pérdida de 20,5 millones de empleos en abril, y con casos del nuevo coronavirus aún en alza en varios estados.
Además, en los últimos días, dos empleados del "ala oeste", donde se encuentra la Oficina Oval -un militar al servicio del presidente y la portavoz del vicepresidente Mike Pence- dieron positivo al nuevo coronavirus, a pesar de las estrictas precauciones sanitarias tomadas allí.
A raíz de estos casos, tres miembros de primera línea de la unidad de crisis de la presidencia encargada de coordinar la lucha contra la COVID-19 decidieron entrar en cuarentena preventiva por su posible exposición al virus.
Las personas que se acercan al presidente y al vicepresidente son sometidas continuamente a pruebas de despistaje.
El asunto ha sido dominante en las transmisiones noticiosas de este domingo en la televisión estadounidense. Si en esas condiciones la presidencia no ha quedado exenta del virus, ¿cómo puede un estadounidense común retomar el trabajo sin temor a resultar contaminado?
"La Casa Blanca es un contexto enorme, de al menos 500 personas, probablemente muchas más", dijo Kudlow a la cadena ABC. "Los que han dado positivo solo son una pequeña porción", insistió, sin precisar un número.
Luego defendió la voluntad presidencial de "reabrir la economía" para hacer frente a las "horribles" cifras de desempleo.
"¿Por qué no confiar en las empresas?", siguió Kudlow. "Ellas saben, de su lado, que la gente debe ser protegida" y, "de otro lado, que es necesario reactivarse lo antes posible para enfrentar el problema económico, la recesión por la pandemia", dijo.
Las recomendaciones federales y estatales, en conjunto con la innovación en el sector privado, deberían permitir una reapertura relativamente segura, argumentó Kudlow, aunque advirtió sobre futuras tasas de desempleo que podrían exceder el 20% este mes o el próximo.
Por otra parte, Mnuchin dijo a Fox que considera que existe "un riesgo considerable si no se reinicia" la actividad económica.
"Estamos hablando de lo que sería un daño económico permanente para los estadounidenses, y vamos a reabrir de una forma muy pensada que lleve a la gente de vuelta a sus trabajos de forma segura", dijo.
Sobe la posibilidad de un nuevo paquete de ayuda, el secretario del Tesoro hizo énfasis en la necesidad de actuar con cautela.
"Solo queremos asegurarnos de que, antes de volver a gastar algunos billones más del dinero de los contribuyentes, lo haremos con cuidado", dijo.
Trump repitió esta semana que cree que el virus simplemente se "irá", incluso sin una vacuna.
El doctor Tom Inglesby, director del Centro para la Salud y la Seguridad de la Universidad Johns Hopkins, se manifestó este domingo contrario a esa apreciación del presidente.
"No, este virus no se irá", dijo a la cadena Fox, y agregó que permanecerá como "un problema de fondo" tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo hasta que se desarrolle una vacuna.
El Instituto de Medidas y Evaluaciones de la Salud (IHME), que elabora proyecciones sobre el nuevo coronavirus, elevó esta semana su predicción sobre el número de fallecidos que causará la pandemia en Estados Unidos.
Según su estimación, serán 137.000 los muertos al 4 de agosto, cifra que responde a un "explosivo" aumento de la movilidad en varios estados, dijo el director del instituto, Christopher Murray.
La mayoría de los estados de Estados Unidos han comenzado, aunque sea de forma tentativa, con la reapertura de empresas y negocios, lo que inevitablemente implica mayores desplazamientos y aumento del riesgo de contagio.