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Un segunda ola del actual coronavirus en Estados Unidos tendría efectos muchos más graves para la población que los que sufre ahora, ya que coincidiría con el inicio de la temporada de gripe.
En una entrevista con el diario The Washington Post, el director de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), Robert Redfield, reflexiona sobre la evolución de la pandemia en EU.
"Existe la posibilidad de que el ataque del virus en nuestra nación el próximo invierno sea incluso más difícil que el que acabamos de atravesar", aseguró Redfield, ya que "vamos a tener la epidemia de gripe y la epidemia de coronavirus al mismo tiempo".
Para el experto, tener dos brotes de enfermedades respiratorias simultáneos añadiría una tensión "inimaginable" al sistema de atención sanitaria.
La primera ola de la COVID-19 ya ha matado en Estados Unidos, el país más castigado por la pandemia, a más de 42.000 personas, con lo que el sistema sanitario se ha visto sobrepasado y se ha evidenciado la gran escasez de kits de prueba, ventiladores y equipos de protección para los trabajadores de la salud.
Según Redfield, los funcionarios federales y estatales deben usar los próximos meses para prepararse para lo que se avecina. A medida que se levanten las órdenes de confinamiento, los funcionarios deben enfatizar la importancia continua del distanciamiento social, aseveró.
También necesitan ampliar masivamente su capacidad para identificar a los infectados con el uso de pruebas y encontrar a todas las personas con las que interactúan a través del rastreo de contactos. Hacerlo evita que los casos nuevos se conviertan en brotes más grandes, subraya al diario estadounidense el alto funcionario.
Redfield precisó que él, junto con otros miembros del grupo de trabajo sobre coronavirus de la Casa Blanca, ha enfatizado la importancia del distanciamiento social "y el enorme impacto que ha tenido en este brote en la nación".
Los CDC tienen aproximadamente 500 empleados en los estados que trabajan en una variedad de problemas de salud pública, y la mayoría se centrará en la respuesta a la COVID-19, dijo Redfield.
En los meses de verano, los funcionarios de salud de EU deben persuadir a los estadounidenses para que piensen con anticipación y concedan especial importancia a vacunarse contra la gripe común.
De esa manera, se puede minimizar la cantidad de personas hospitalizadas por gripe. Vacunarse contra la gripe, dijo Redfield, "puede permitir que haya una cama de hospital disponible para su madre o abuela que pueda contraer coronavirus".
Afortunadamente, la llegada del nuevo coronavirus a los Estados Unidos se produjo cuando la temporada de gripe regular estaba disminuyendo, explicó.
Si la primera ola del brote de coronavirus y la temporada de gripe hubieran alcanzado su punto máximo al mismo tiempo, "podría haber sido muy, muy, muy, muy difícil en términos de capacidad de salud", advirtió.