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California tiene la tasa de contagios de coronavirus más baja de Estados Unidos, tras un brusco declive en los casos y hospitalizaciones que ha seguido a un repunte en verano.
El estado más poblado del país es el único con contagios “considerables”, el segundo nivel más alto de la escala de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades. También Puerto Rico está en ese nivel. En todos los demás estados del país, los contagios se mantienen “altos”, es decir, 100 casos o más por cada 100.000 personas en la última semana.
La tasa de California es de 94 casos por cada 100.000. En comparación, Texas tiene 386 y Florida 296.
Los expertos en salud del estado señalan que las tasas relativamente altas de vacunación en California antes de la llegada de la variante delta marcaron una diferencia, y medidas adicionales como el empleo de mascarillas ayudaron a frenar la oleada. Casi el 70% de los californianos que pueden hacerlo han completado su vacunación y otro 8% ha recibido su primera dosis, según datos del estado.
“El secreto total de California ha sido que las tasas de vacunación eran lo bastante altas como para comenzar en una buena posición”, dijo la doctora Kirsten Bibbins Domingo, profesora de epidemiología en la Universidad de California, la facultad de medicina de San Francisco. “Nunca alcanzamos el pico que vimos en Florida, por ejemplo, porque estamos en un contexto de tasas de vacunación bastante altas”.
El lunes entró en vigencia una orden estatal que requiere a los asistentes de eventos en espacios cerrados con mil personas o más que muestren pruebas de haber completado su vacunación o una prueba negativa. Hasta ahora podían simplemente declarar que estaban vacunados o habían dado negativo.
California ha visto caer los casos y las hospitalizaciones tras un aumento durante el verano con la llegada de la variante delta. En las últimas dos semanas, los contagios diarios cayeron en más de 4,000, un descenso del 32%, mientras que las hospitalizaciones bajaron un 22%, a poco más de 6,000.
El repunte estival coincidió con el levantamiento de muchos límites a los negocios en junio. Siguió a una ola de contagios mucho más grave en invierno, en la que las autoridades cerraron escuelas y comercios en el estado, de casi 40 millones de personas. En ese periodo, los enfermos abarrotaban muchos hospitales y miles de personas morían cada semana.
La cifra de muertos por coronavirus en California es ahora de algo más de 68,000, la más alta del país, aunque su tasa de mortalidad per capita es menor que en más de la mitad de los estados.
La gravedad del pico de invierno podría haber ayudado a frenar el reciente repunte en California, dijo Andrew Noymer, profesor de salud pública en la Universidad de California, en Irvine.
“Es una combinación de inmunidad por la vacunación y de la enorme ola que tuvimos en invierno”, señaló.