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El desconfinamiento progresa este martes en varios países del mundo en un intento por revivir las economías golpeadas por el coronavirus, que ya ha matado a más de 250.000 personas y continúa su avance en particular en Estados Unidos, Reino Unido, Brasil y Rusia.

Reino Unido se convirtió en el primer país europeo en superar las 30.000 muertes por la, aventajando a Italia y España, y convirtiéndose en el segundo más castigado por detrás de Estados Unidos.

Según diversas agencias de estadística del país, las muertes presuntas por covid-19 alcanzan 32.313, récord impensable hace dos meses, cuando los británicos registraban su primer fallecimiento y el primer ministro Boris Johnson seguía estrechando manos antes de contagiarse.

En Estados Unidos, pese a la baja de contagios diarios y en medio de la flexibilización del encierro en algunos estados, el gobierno pronosticó una continuidad en los fallecimientos, cuando la cifra de muertes por el virus suma 68.700.

Washington estimó que la tasa de infecciones podría aumentar ocho veces a 200.000 por día para el 1 de junio, y el número de muertes diarias podría subir a 3.000.

Estas proyecciones sombrías llegan en medio de esperanzas de que el pico de la pandemia haya sido superado en la mayor parte de Europa tras dos meses de confinamiento, y cuando varios países -alentados por la desaceleración de los contagios- ablandan el confinamiento.

En el mundo se registraron más de 251.000 fallecimientos (por 3.595.970 casos), unos 145.000 de ellos en Europa (1.583.788 casos), el continente más afectado, de acuerdo con cifras oficiales.

En tanto, en América Latina, Brasil, cuyo presidente Jair Bolsonaro alienta la apertura y desacredita las medidas de prevención, es de lejos el más afectado y suma 107.780 casos y 7.321 muertes.

Los mercados financieros encontraban, de otro lado, este martes algo de alivio ante las reaperturas parciales en Europa y Estados Unidos, con alzas en las acciones y precios del petróleo.

Pero nada logró frenar la escalada de tensiones entre Estados Unidos y China, tras acusaciones de la administración de Donald Trump de que el virus se originó en un laboratorio chino, una teoría que la Organización Mundial de la Salud (OMS) calificó de "especulativa".

En Europa, Rusia se convirtió en el nuevo foco de contagios, con el mayor número de nuevas infecciones y más de 155.000 casos.

"Aparentemente, la amenaza está creciendo", advirtió el alcalde de Moscú, Sergei Sobyanin, quien instó a los ciudadanos a respetar el confinamiento.

El impacto del encierro se ha sentido en la violencia doméstica: las denuncias en el país se han más que duplicado.

También en el continente, el estado más grande de Alemania, Bavaria, anunció la reapertura de restaurantes desde mediados de mayo, incrementando la presión sobre la canciller Angela Merkel para aliviar las medidas encierro que han sumido a la economía en recesión.

Con muchas precauciones, una quincena de estados flexibilizaron el lunes las medidas de confinamiento.

En Alemania abrieron lugares de culto y museos y se vieron colas en peluquerías.

En Italia, que sufrió duramente el golpe de la covid-19, los parques volvieron a abrir.

España, otro de los países más golpeados con más de 25.400 fallecidos, empezó un desconfinamiento por fases, mientras el desempleo afecta a 3,83 millones de personas, un 8% más que en marzo.

En Reino Unido, más de seis millones de personas están en desempleo parcial.

Francia, en tanto, se prepara para levantar su cierre la próxima semana, por lo que el alcalde de París ha anunciado que algunas calles se reservarán para bicicletas a fin de limitar aglomeraciones en el transporte público.

Países como India, Portugal, Serbia, Bélgica, Austria, Turquía, Israel, Nigeria, Túnez o Líbano también empezaron a facilitar la libertad de movimiento.

Una campaña respaldada por la OMS pero desairada por Washington obtuvo 8.100 millones de dólares para apoyar el desarrollo de una vacuna.

"Fue una demostración poderosa e inspiradora de solidaridad global", dijo el jefe de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.

Un centenar de proyectos de vacunas están en marcha en el mundo, diez en fase de ensayos clínicos, según la London School of Hygiene and Tropical Medicine.

Por su parte, el Departamento de Estado insistió en que Estados Unidos lidera la respuesta global, con un desembolso mayor a 1.000 millones de dólares junto con las farmacéuticas para una vacuna.

La Casa Blanca intensificó sus embates a China. El Secretario de Estado Mike Pompeo dijo el lunes que hay "enorme evidencia" de que el virus surgió en un laboratorio de Wuhan, teoría rechazada por la OMS e incluso por el asesor de Washington en la pandemia, Anthony Fauci.

El mismo dilema entre precaución sanitaria y necesidad de retomar la actividad se cierne sobre el mundo.

El Tesoro de Estados Unidos anunció que tomará prestado un récord de 3 billones de dólares entre abril y junio, para programas de alivio a la crisis.

La debacle afecta sobre todo a los más desprotegidos, como haitianos que trabajan en el sector avícola, una mano de obra barata pero vital en un país que teme la escasez de carne.

"Me gustaría quedarme en casa con mis tres hijos pero no tengo otro remedio", dice Tina, empleada en una planta avícola de Delaware.

Eso ocurre en momentos en que estados como California, el primero en el país en confinarse, empezarán a levantar algunas restricciones.

Los malos datos económicos se apilan.

En Francia, la petrolera Total anunció el martes una caída del 99% de su beneficio neto en el primer trimestre, hasta 34 millones de dólares.

En América Latina, la producción industrial de Brasil, el más golpeado de la región, se hundió 9,1% en marzo respecto a febrero, por el aislamiento.

El continente, que suma unos 270.000 casos y 14.300 muertes, también vislumbra un cuidadoso desconfinamiento. Pero las dudas persisten sobre el inicio del invierno en varios de los países, con pronósticos aterradores de pobreza.

Además, Latinoamérica lidia con frecuentes motines por medio al virus en sus hacinadas prisiones, con más de 80 muertos, que han llevado a gobiernos a liberar presos. El fin de semana, en Venezuela, un motín dejó al menos 47 muertos y 75 heridos, según una ONG.

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