Una cantidad sin precedentes de 3,28 millones de personas solicitaron acogerse a las prestaciones por desempleo en Estados Unidos (EU) la semana pasada, frente a las 282.000 solicitudes de la semana anterior, informó este jueves el Departamento de Trabajo.
El incremento, debido al cierre de actividades como respuesta a la epidemia de COVID-19, superó el récord histórico de 695.000 solicitudes en 1982.
También han disminuido las ventas de vehículos automotores y los fabricantes han cerrado las fábricas mientras encaran sus obligaciones de préstamos y otros costes fijos.
El informe del Departamento de Trabajo muestra que los sectores más afectados por el desempleo fueron hoteles y restaurantes, seguidos por el transporte y almacenes, así como el industrial.
Los mayores incrementos en las solicitudes ocurrieron en Pensilvania, con 378.908 solicitudes de prestaciones, Ohio con 187.784, y California con 186.809.
Asimismo, muchas personas que han perdido su empleo en semanas recientes han encontrado dificultades para gestionar sus solicitudes porque los sitios en internet y los sistemas telefónicos se han visto abrumados por la multitud de solicitantes.
Algunos economistas calculan que el índice de desempleo podría alcanzar a alrededor del 13 % a fines de abril y comienzos de mayo, superando el máximo de 10 % de octubre de 2009, cuando el país se hallaba en el tercer mes de la llamada Gran Recesión.
El hundimiento del mercado laboral afecta, también, la campaña del presidente Donald Trump por su reelección, ya que uno de sus argumentos más fuertes ha sido la estabilidad económica y un índice de desempleo que durante meses había estado alrededor del 3,6 %, el más bajo en medio siglo.
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