Cuatro miembros de una red de contrabandistas de indocumentados que operaba en la frontera de Texas y México se han declarado culpables de transportar ilegalmente a extranjeros y causar la muerte de ocho migrantes, informó hoy el Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ).
Juan Manuel Tena, de 40 años, Julia Isairis Torres, de 37, Israel Torres Jr., de 34, y José Refugio Torres, de 27 años, todos residentes del sur de Texas, se declararon culpables de conspirar para contrabandear a los inmigrantes desde el Valle del Río Grande hasta distintos destinos de Estados Unidos.
Los cuatro estuvieron involucrados en un incidente ocurrido en marzo de 2019 cuando un vehículo que intentaba llevar a indocumentados desde el Valle del Río Grande (Texas) hasta Houston se volcó, dejando un saldo de cuatro migrantes muertos y otro gravemente herido.
También estuvieron involucrados en un accidente de una embarcación que pretendía llevar migrantes desde la Isla Padre hasta el área de Corpus Christi en febrero de 2022, lo que provocó la muerte de cuatro indocumentados y dejó a otro con heridas graves.
Entre las víctimas de los accidentes se encontraban personas de Honduras, México, Guatemala, El Salvador y Ecuador, así como un joven de 17 años de Ecuador y una mujer embarazada de Honduras.
“Desde las costas de Corpus Christi hasta las carreteras del Valle del Río Grande, Tena y sus asociados dejaron un camino oscuro sembrado de inmigrantes muertos. Ocho personas, incluida una madre embarazada, perdieron la vida debido a sus acciones”, dijo en un comunicado el fiscal federal Alamdar S. Hamdani.
Como parte de su declaración de culpabilidad, Tena admitió haber coordinado y reclutado cómplices para transportar indocumentados utilizando embarcaciones y vehículos tanto en marzo de 2019 como en febrero de 2022.
También acordó entregar varias propiedades en Roma y Pharr (Texas), que admitió haber comprado con las ganancias que recibió por transportar los migrantes.
Los cuatro serán sentenciados en una audiencia el próximo 20 de diciembre, cada uno enfrenta una condena de cadena perpetua y una multa máxima de 250.000 dólares.