Un vecino de un barrio cerrado de Pembroke Pines, a unos 34 kilómetros al norte de Miami, denunció este miércoles que un hombre entró de noche en su casa y le pidió comida e internet para su familia, informó el departamento de policía de la ciudad.
La policía busca al intruso, que se fue de la casa con algunas cosas de su dueño, y ha pedido a los vecinos que estén atentos por si vuelve a aparecer en alguna de las casas de la comunidad Encantada, un barrio cerrado y con seguridad propia.
El dueño de la casa, cuya identidad no ha sido divulgada, contó a la policía que un ruido lo despertó en mitad de la noche y cuando fue a ver de donde procedía se topó con un desconocido que desesperado le pedía alimentos y una clave de conexión a internet.
El hombre amenazó con hacerle daño si avisaba a la policía y después de rastrear la vivienda en busca de algo que le sirviera se fue con algunos objetos, según la denuncia.
La policía trató de dar con el intruso con ayuda de perros adiestrados y un helicóptero, pero la búsqueda no dio resultados.
Los medios locales recogieron declaraciones de otros residentes en los que muestran su sorpresa y su preocupación por lo ocurrido.
Robert Masson dijo que si le hubiera tocado a él, le hubiera ayudado "con una hamburguesa u otra cosa de comer" o incluso quizás le hubiera dado "la contraseña de internet" siempre que hubiera llamado a la puerta, en lugar de entrar sin permiso, según informó el canal de noticias Local 10.
"Entiendo que la gente ahora mismo puede no tener un empleo y necesita llevar algo a su familia", pero hay "otras formas" de hacerlo, dijo Masson.
"Es aterrador. He vivido 20 años aquí y nunca había oído nada paracido", dijo Gladys St. Armant, otra vecina a CBS.
Más de 1,5 millones de personas solicitaron desde mediados de marzo hasta la semana pasada la ayuda por desempleo en Florida debido a la paralización de la economía por el COVID-19 y esta semana se espera un aumento considerable de solicitudes.
Los eventos de entrega de alimentos y comida gratis se multiplican en el sur de Florida, la zona más afectada por la pandemia, y cada vez hay más personas en las filas, según informan las entidades que las organizan y los medios.