Las cigarras volaban. Los periodistas que esperaban viajar para cubrir el arribo del presidente Joe Biden a Europa, no.
La partida de los reporteros que viajarían a Reino Unido para cubrir a Biden en su primer viaje al exterior se vio demorada siete horas cuando las cigarras invadieron el avión de la prensa.
La ciudad de Washington es una de varias zonas del país atacadas por enjambres de cigarras que han salido luego de 17 años bajo la tierra y que además de hacer su característico ruido ensordecedor tienden a lanzarse en picada sobre vehículos en movimiento y peatones desprevenidos. Hay billones de los insectos en la región de Washington, Maryland y Virginia, dijo la entomóloga Paula Shrewsbury, de la Universidad de Maryland.
Ni siquiera respetaron a Biden. El presidente espantó una cigarra que se había posado sobre su nuca cuando conversaba con el oficial de la Fuerza Aérea que lo recibió en la base Andrews para su vuelo.
“Cuidado con las cigarras”, dijo Biden a la prensa. “Tuve una. Me tuvo a mí”.
No es la primera vez que las cigarras alteran un evento presidencial o se las usa para la propaganda política.
En 1902, la voz estentórea del presidente Theodore Roosevelt fue casi tapada por el ruido cuando pronunciaba un discurso en el Cementerio Nacional de Arlington, donde reposan los héroes de guerra.
En una publicidad en 2004, los republicanos compararon al candidato presidencial demócrata John Kerry con las cigarras, que hacen mucho ruido y luego desaparecen.
El avión de la prensa se organiza con ayuda de la Casa Blanca y transporta a los periodistas a expensas de éstos. No se prevé que la alteración afecte la cobertura de la visita de Biden.