El 'Chuky' Lozano se convirtió este jueves en el primer mexicano en ganar el 'Scudetto'. Y no lo hizo de cualquier manera, sino siendo titular en un equipo que pasará a la historia por devolver el título de campeón de italia a una ciudad que no lo lograba desde que Diego Armando Maradona lo levantara hace 33 años, allá por 1990.
Ya en 2020 el 'Chuky' hizo historia al ser el primer mexicano en ganar un título en Italia. Lo consiguió en la Copa Italia, tras vencer al Juventus en el Estadio Olimpico de Roma.
Por aquel entonces, Lozano tenía un papel discreto en el equipo que dirigía el italiano Gennaro Gattuso y no encontró esa regularidad que, en cambio, si ha tenido con Luciano Spalletti en la temporada más importante de la historia reciente del club italiano.
Y es que el internacional mexicano ha sido titular en la mayoría de los encuentros a lo largo de la temporada. Su contribución no ha estado ligada tan directamente de cara a puerta como la de sus compañeros en la ofensiva, el georgiano Khvicha Kvaratskhelia y el nigeriano Victor Osimhen, pero no ha dejado de ser igualmente necesaria para obrar la gesta.
La función del 'Chuky' en este equipo, esa con la que ha ayudado a que el Nápoles vuelva a lo más alto, ha sido la de aportar equilibrio. Desde el perfil diestro, Lozano ha sido capaz de neutralizar las subidas de su lateral y, además, de ayudar a su compañero Giovanni Di Lorenzo con el extremo rival.
Spalletti ha podido dar rienda suelta a sus armas más potentes porque sabía que por el otro costado tenía la inestimable ayuda de un Lozano siempre comprometido, siempre dispuesto a exprimirse al máximo en una carrera defensiva, a guardar la posición en caso de subida de Di Lorenzo y a sacrificarse en pos del beneficio común.
Porque el 'Chuky' ha sido ese jugador que entendió a la perfección la idea que Spalletti quiso instaurar desde el primer día de julio en pretemporada. Nada podía llegar si no se trabajaba en equipo. La máxima que llevó al Nápoles a lo más alto de Italia se logró gracias a jugadores como Lozano.
Es el segundo título de su carrera en Italia. Ha elevado la dificultad del reto para los próximos mexicanos en la Serie A a cotas casi impensables. Porque ganar un 'Scudetto' con el Nápoles no está al alcance de casi nadie.