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El cambio climático afecta a todas las especies de plantas y líquenes (771) incluidos en la Ley estadounidenses de Especies Amenazadas (1973), pero existen pocos planes para abordar directamente esta amenaza.
A pesar del riesgo, muy pocas de esas especies cuentan con planes de recuperación que aborden directamente el cambio climático, según un estudio de la Universidad de Pensilvania (EE.UU) que publica Plos Climate.
El equipo encabezado por Amy Casandra Wrobleski, de la citada universidad, indicó que hace más de una década que no se evaluaba sistemáticamente el riesgo que el cambio climático supone para las plantas amenazadas.
Por ello, adaptaron las herramientas de evaluación existentes para examinar la amenaza del efecto del cambio climático en los animales salvajes y las aplicaron a las 771 especies de plantas incluidas en la lista.
Los científicos evaluaron su grado de sensibilidad al cambio climático, si este se reconocía como una amenaza para cada especie y si se estaban tomando medidas.
Todas las especies están al menos ligeramente amenazadas por el cambio climático y, aunque reconocer la amenaza supone un primer paso importante, hay que tomar medidas directas para garantizar la recuperación de muchas de estas especies, concluye el equipo.
Los autores, citados por Plos Climate, instan a que sus hallazgos se utilicen como ayuda en la planificación de la conservación de plantas y líquenes amenazados, y para fundamentar futuras recomendaciones sobre la inclusión de especies en las listas y la planificación de su recuperación.