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Los asistentes al festival Burning Man, que se celebra cada año en el desierto de Nevada (Estados Unidos), empezaron este lunes a salir del recinto tras haber pasado los últimos días atrapados por unas fuertes lluvias que dejaron el terreno anegado de agua y barro.
Las operaciones de evacuación empezaron a las 14.00 hora local (21.00 GMT) gracias a que algunas carreteras y caminos se habían secado lo suficiente como para permitir el tránsito de vehículos, informaron los organizadores del popular festival en su página web.
No obstante, se recomendó a los asistentes esperar un día más para evitar congestiones de tráfico. Aproximadamente, 64,000 personas permanecían en el recinto del festival el lunes por la tarde, de acuerdo a los organizadores.
VIDEO. BURNING MAN, CIRCO DE LODO
Lluvias torrenciales durante la noche del viernes y el sábado transformaron el área en un lodazal y, como resultado, desde el viernes, cientos de vehículos, incluyendo muchas caravanas pesadas, quedaron varados en el desierto.
Las carreteras que entran y salen de la Black Rock City se cerraron el sábado y los organizadores pidieron a los asistentes resguardarse y racionar sus alimentos y el agua ya que era prácticamente imposible que los vehículos circularan.
Así se podía observar en las imágenes publicadas en los medios de comunicación estadounidenses, tomadas desde el aire por un dron, en las que aparecen centenares de vehículos varados, rodeados por el lodo.
El festival Burning Man tiene lugar cada año en un lago seco del desierto de Nevada, donde se construye una ciudad temporal a la que se puede acceder a través de una autopista de dos carriles.
Durante el evento, los asistentes pueden participar en una serie de actividades artísticas y comunitarias que, según cuentan algunos de los asistentes, han seguido celebrándose estos días pese a las condiciones del terreno.
Según los organizadores, el festival se guía por una serie de principios entre los que se incluye la "responsabilidad civil", la "expresión radical" o "no dejar rastros", y no se permite el uso de dinero (aunque las entradas para acudir cuestan cientos de dólares).
En uno de los comunicados publicados hoy los organizadores insistieron en uno de los principio del festival: "No olvide no dejar rastro y el esfuerzo comunitario cuando se vaya. Se espera que todos los participantes empaqueten todo lo que trajeron y limpien el espacio del campamento antes de abandonar la ciudad".