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El ex primer ministro británico Boris Johnson pidió este miércoles perdón por "el dolor y las pérdidas" causados por el covid-19 y admitió que debió reaccionar antes en determinadas decisiones, durante una investigación pública sobre su gestión durante la pandemia.
"Entiendo los sentimientos de las víctimas del covid y sus familias y siento profundamente el dolor, las pérdidas y el sufrimiento causados", afirmó Johnson durante su comparecencia en Londres.
Cuando pronunciaba estas palabras, fue interrumpido por cuatro manifestantes al grito de "¡No queremos sus excusas!", antes de ser expulsados de la sala.
Johnson, que llegó tres horas antes a la oficina gubernamental londinense en la que estaba citado, enfrenta miércoles y jueves una investigación contra él, tras haber sido objeto de fuertes críticas de sus antiguos asesores.
Desde el inicio de las audiencias en junio, estos colaboradores, entre ellos varios asesores y científicos, han descrito a un primer ministro abrumado, indeciso y poco preocupado por las víctimas cuando estalló la pandemia a principios de 2020, con un gobierno dividido y caótico.
"Era la peor crisis posible para las competencias de ese primer ministro", dijo a la comisión investigadora a finales de junio Lee Cain, exdirector de comunicación de Downing Street, describiendo a un Johnson que no tomaba decisiones y cambiaba constantemente de opinión, en función de la última persona que hubiera hablado con él.
¿Boris Johnson tardó demasiado en imponer un primer confinamiento a finales de marzo de 2020? ¿Preveía el alcance de la pandemia? ¿Entendió los datos científicos que le llegaban? ¿Se mostró indiferente con las víctimas y especialmente con los ancianos?
Johnson trató de defenderse del aluvión de críticas.
"Subestimamos la amplitud del desafío. Deberíamos habernos dado cuenta colectivamente mucho antes, yo debería haberme dado cuenta", explicó Johnson este miércoles.
"Mi instinto me indicó que la cifra (sobre las muertes en Italia) no podía ser correcta", tras las informaciones que llegaron en febrero de 2020 desde ese país.
"Inevitablemente nos equivocamos en algunas cosas", continuó el exdirigente, señalando además que asumía la responsabilidad personal de las decisiones tomadas.
"Un gran número de decisiones, porque debían tomarse muy rápido, fueron canalizadas directamente hacia mí", afirmó en la audiencia.
"Pero también hubo un gran número de decisiones, y creo que esto tal vez no haya salido tanto a la luz, que fueron objeto de una discusión exhaustiva del gabinete", añadió.
"Gente muy talentosa y muy motivada, lo hace lo mejor que puede, pero como todo ser humano bajo un gran estrés es proclive a criticar a los demás", explicó.
Guto Harri, que fue director de comunicación de Johnson, salió en defensa de su exjefe este miércoles en Times Radio.
"La tragedia para mí es que tres de sus asistentes más importantes tenían juntos un pequeño y patético grupo de WhatsApp. Y simplemente se quejaban en él del primer ministro y su esposa, cuando deberían haber estado ejecutando las difíciles decisiones tomadas por él y los miembros electos del gabinete en ese momento", dijo.
Pero las reacciones críticas a la intervención de Johnson no tardaron.
Aamer Anwar, abogado de una asociación escocesa de víctimas de covid, afirmó que "en lugar de resolver la crisis", Johnson "presidió una orgía de narcisismo totalmente repugnante".
La vida del propio Johnson corrió peligro debido al covid en abril de 2020, en una pandemia que causó la muerte a más de 232.000 personas en el Reino Unido.
"Tenemos una población extremadamente anciana y somos el segundo país más densamente poblado de Europa. Eso no ayudó", se defendió Johnson este miércoles.
El 23 de marzo de 2020 se impuso un primer confinamiento a los británicos, seguido de otros dos, entre los más duros de Europa.
Las revelaciones sobre fiestas ilegales en Downing Street durante este período desataron un escándalo y contribuyeron a la caída de Johnson, quien se vio obligado a dimitir en julio de 2022.
Los trabajos de la comisión independiente de investigación, presidida por la exjueza Heather Hallett, podrían durar hasta 2026.