El Big Bend de Florida es uno de los últimos lugares verdaderamente naturales del estado. No es Disney World. No es South Beach. Aquí es donde la gente va a cazar caimanes, pescar sábalos y buscar vieiras en las aguas poco profundas. Pero el miércoles, se convirtió en el centro de un gran huracán.
Big Bend es donde la península se fusiona con el Panhandle o “mango de Florida”, justo al sureste de la capital, Tallahassee, y bastante al norte del área metropolitana de Tampa. El huracán Idalia tocó tierra el miércoles por la mañana cerca de Keaton Beach en la región poco poblada como un peligroso huracán de categoría 3, convirtiéndose en la primera gran tormenta que azota la región de Big Bend desde el huracán Easy en 1950, según el Centro Nacional de Huracanes.
El Servicio Meteorológico Nacional en Tallahassee calificó a Idalia como “un evento sin precedentes”, ya que nunca se ha registrado ningún huracán importante que haya pasado por la bahía lindante con la región de Big Bend.
Cuando Idalia tocó tierra el miércoles por la mañana tenía vientos máximos sostenidos de casi 205 kilómetros por hora (125 millas por hora). La zona pantanosa baja enfrentaba una marejada ciclónica prevista de hasta 4.5 metros (15 pies). Hay áreas pobladas en la región, incluida Gainesville, donde la Universidad de Florida canceló clases hasta el miércoles.
El presidente Joe Biden dijo que ha estado en “contacto constante” con el gobernador republicano de Florida, Ron DeSantis —aspirante a la Casa Blanca— y otros funcionarios federales y estatales sobre el posible impacto de la tormenta.
“Le dije al gobernador y al alcalde de la región que probablemente será la primera en verse afectada, que estaremos allí todo el tiempo que sea necesario y nos aseguraremos de que tengan todo lo que necesitan”, dijo Biden desde la Oficina Oval el martes.