El presidente estadounidense, Joe Biden, hizo historia este martes al convertirse en el primer mandatario en activo del país en sumarse a un bloqueo en defensa de mejores condiciones laborales para los trabajadores del sector del automotriz, que se encuentran en huelga.
El mandatario demócrata, que presume de ser el más prosindicalista de todos los líderes que han ocupado la Casa Blanca, acudió a Detroit (Míchigan) invitado por el presidente del sindicato United Auto Workers (UAW), Shawn Fain.
Su viaje precede al que efectuará este miércoles también a Míchigan su predecesor, el republicano Donald Trump (2017-2021), que con su presencia allí se salta el debate celebrado a esa misma hora (01.00 GMT del jueves) en California por los precandidatos conservadores a las presidenciales de 2024.
Biden llegó a Detroit hacia las 12.00 hora local (16.00 GMT) y fue recibido en el aeropuerto por el propio Fain, que se hizo con el liderazgo del sindicato a principios de año y que por primera vez en la historia de automotriz estadounidense convocó una huelga simultánea en plantas de Ford, Stellantis y General Motors (GM), conocidos como los Tres Grandes de Detroit.
Con un megáfono, gorra y ropa informal, Biden se dirigió a los huelguistas:
"Han hecho un montón de sacrificios. Ahora a ellos (los fabricantes) les está yendo increíblemente bien y a ustedes también debería", dijo entre aplausos.
En declaraciones anteriores ya había subrayado que tenía la esperanza de que las respectivas negociaciones lleguen a buen puerto y había destacado que los empleados merecen una parte "justa" de los beneficios que ayudaron a crear.
UAW comenzó su huelga el 15 de septiembre en una planta de cada uno de esos fabricantes y la semana pasada la amplió a otros 38 centros de producción de Stellantis y General Motors ante la falta de avance en las negociaciones con estos últimos.
El sindicato reclama aumentos salariales de un 40 % distribuidos en los próximos cuatro años, la eliminación de las diferencias salariales entre los trabajadores de plantas de las mismas empresas, mayores garantías de seguridad laboral y recuperar las ayudas que tuvieron hasta 2009 para compensar el aumento del coste de la vida.