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El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, expresó este domingo dudas de que se pueda aprobar una vía a la ciudadanía para los indocumentados en el país como parte de un paquete de gasto social de 3.5 billones de dólares que tramita el Congreso.
"Tiene que haber un camino a la ciudadanía. Lo que está por ver es si puede formar parte" de la ley de gasto, dijo Biden en declaraciones a la prensa al volver a la Casa Blanca de Wilmington (Delaware), donde pasó el fin de semana.
Los demócratas -del partido de Biden- han propuesto un paquete de gasto social de 3.5 billones de dólares, en el que han incluido provisiones para abrir una vía a la ciudadanía a millones de inmigrantes indocumentados.
Entre ellos se encuentran los "soñadores", jóvenes que llegaron al país siendo niños, además de millones de indocumentados que han sido considerados trabajadores esenciales durante la pandemia y los beneficiarios del Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés).
La urgencia para actuar en ese sentido aumentó a mediados de este mes, cuando un juez de Texas ordenó suspender la tramitación de nuevas solicitudes de amparo bajo el programa de Acción Diferida (DACA), creado en 2012 y que ahora protege de la deportación a unos 650.000 "soñadores".
Ante la inacción del Congreso en materia migratoria en las últimas décadas, los demócratas quieren incluir una vía a la ciudadanía para millones de indocumentados en su paquete de gasto social, que confían en aprobar sin ningún voto de la oposición republicana.
Sin embargo, Biden ya advirtió esta semana que dependerá de la asesora legal del Senado -que interpreta las normas de la Cámara Alta- determinar si es viable o no incluir medidas migratorias en un paquete de gasto aprobado por una vía especial.
"Eso lo tiene que decidir la asesora legal del Senado, no Joe Biden", afirmó el mandatario en declaraciones a la prensa el pasado lunes.
Los demócratas planean aprobar el paquete de gasto mediante una fórmula legislativa conocida como reconciliación y que permite sacar adelante un proyecto de ley con una mayoría simple de 51 votos, en vez de con los 60 que hacen falta normalmente.
Eso daría la posibilidad a los demócratas, que tienen una mayoría ínfima en el Senado, de aprobar esa medida en solitario; pero, para lograrlo, necesitarían unir al ala más moderada del partido y al flanco progresista.
Mientras, demócratas y republicanos en el Senado seguían negociando este domingo para intentar tener listo para este lunes una versión definitiva de su proyecto de ley de infraestructuras, que prevé una inversión de unos 1.2 billones de dólares a lo largo de ocho años.
El senador republicano Rob Portman, que lidera las negociaciones bipartidistas sobre ese proyecto, dijo a la cadena televisiva ABC que las conversaciones estaban terminadas "en un 90 %", pero aún había desacuerdos sobre cuánto dinero se debe dedicar a los transportes públicos. EFE