El presidente de Estados Unidos Joe Biden, dijo este viernes durante una entrevista en CNN que la decisión de enviar bombas de racimo como parte del nuevo paquete de ayuda militar para Ucrania fue "difícil" pero necesaria ya que "los ucranianos se están quedando sin munición".

El mandatario enfatizó que no es una decisión permanente, sino que estará en vigor mientras el país asegura un suministro suficiente de artillería de 155 milímetros, ampliamente utilizada por los sistemas de la OTAN.

En la misma línea, el subsecretario de Defensa Colin Kahl aseguró en una rueda de prensa que el envío de municiones en racimo será un "puente" mientras EU y sus aliados europeos amplían la producción de proyectiles de 155 milímetros.

"Esta guerra es sobre las municiones, y se están quedando sin esa munición, y a nosotros nos queda poco", dijo el mandatario en un avance de la entrevista, que será emitida en su totalidad el sábado.

El presidente insistió en que se ha tratado de una decisión consensuada con sus aliados, a pesar de las reservas de Alemania y las críticas de la organización Human Rights Watch (HRW).

Las bombas de racimo han sido prohibidas por más de un centenar de países debido al riesgo de que produzcan daños a civiles, ya que un número importante de los subproyectiles que sueltan no explotan, por lo que pueden quedar enterrados en el suelo y ser accionados mucho después de que termine un conflicto.

En su anuncio de este viernes, las autoridades estadounidenses insistieron en que solo enviarán a Ucrania aquellos artefactos con una tasa de fallo inferior al 2,35 %.

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