Conforme los casos de coronavirus disminuyen y los estados retiran las restricciones, la potencial etapa final de la campaña de Estados Unidos para derrotar al COVID-19 se está complicando mucho, ya que una variante está ganando terreno y las loterías y otros incentivos no están logrando persuadir a algunos estadounidenses para que se vacunen contra la enfermedad.

“La última mitad, la última milla, el último cuarto de milla siempre requiere mayor esfuerzo”, comentó el miércoles el doctor Nirav Shah, director del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Maine. 

En momentos en que dos de los estados más afectados por la pandemia, California y Nueva York, celebraron sus reaperturas esta semana con fuegos artificiales y un sorteo multimillonario, las hospitalizaciones en algunas partes de Missouri van al alza y los casos están aumentando significativamente en Texas, lo que ilustra los desafíos que la nación enfrenta de cara al verano.

Una de las principales preocupaciones es la que se originó en la India, la cual es altamente contagiosa y potencialmente mucho más grave. Aunque las autoridades de sanidad dijeron que las vacunas son eficaces contra ella, el temor es que provoque brotes en los estados con tasas de inoculación bajas.

La variante delta se ha incrementado de 2,7% de todos los casos en mayo a 9,7% este mes, señaló la doctora Rochelle Walensky, directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés), durante una llamada con los gobernadores el lunes, de acuerdo con información proporcionada por la oficina del gobernador del estado de Washington.

Mientras tanto, los estados están convocando a grupos de discusión para entender mejor quiénes se están negando a inocularse, por qué lo hacen y cómo convencerlos de que recibir la vacuna es lo correcto.

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“Es una carrera entre el aplicarle las vacunas a la gente y las variantes actuales o futuras”, dijo el doctor Lee Norman, secretario de Salud de Kansas. 

El promedio de muertes y casos por día ha disminuido un 90% o más en Estados Unidos desde el invierno. Pero el panorama es disparejo.

En Texas, la media móvil de infecciones nuevas ha aumentado de unas 1.000 diarias el 31 de mayo a casi 2.000 esta semana.

Una franja de Missouri está registrando un fuerte aumento de casos y hospitalizaciones luego de que los turistas, deseosos de salir después de haber estado encerrados un año, se dirigen a destinos populares como Branson y el Lago de los Ozarks. Las autoridades sanitarias dijeron que más de 200 personas estaban hospitalizadas con el virus en el suroeste del estado, casi el doble de la cifra que se reportó a principios de mayo. El número de pacientes que se encuentran en terapia intensiva en la región se ha triplicado.

Los expertos de salud mencionaron dos factores que están impulsando el repunte en esa zona: La variante delta de mayor propagación y la renuencia de los residentes a vacunarse.

Se tiene previsto que Estados Unidos no alcance el objetivo del presidente Joe Biden de que el 70% de los adultos estadounidenses tengan al menos una dosis de la vacuna para el 4 de julio. La cifra está actualmente en 65%.

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