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En 2010, cuando la Procuraduría General de Justicia del Estado de México investigaba el mediático caso de la desaparición de Paulette Gebara Farah, la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) de Estados Unidos se involucró en la indagatoria.
La pequeña de cuatro años de edad desapareció en marzo de 2010, después de llegar a su hogar en Huixquilucan, en el Estado de México, desde un viaje a Valle de Bravo con su padre y su hermana.
La noticia de la desaparición se propagó rápidamente, mientras la Procuraduría General de Justicia estatal desplegaba una intensa búsqueda. Finalmente, el cuerpo de Paulette fue encontrado en su propia recámara. No obstante, las dudas sobre causa de la muerte mantuvieron la indagatoria abierta durante varios meses.
A más de un mes de que el cadáver fue encontrado, el FBI se involucró en la investigación que se realizaba en el departamento de Interlomas, en el municipio de Huixquilucan.
Dos oficiales de la agencia se presentaron en el departamento, según informó El Universal en 2010. Su labor fue analizar la habitación donde se halló el cuerpo de Paulette, después de que las autoridades mexiquenses la revisaron por varios días sin avances.
Sin embargo, el diputado Víctor Manuel Bautista, del Partido Revolucionario Institucional (PRD) dijo que el apoyo del FBI en el caso era “anticonstitucional” porque no se solicitó la autorización del Congreso y “violaba la soberanía nacional” por implicar la intervención de una dependencia extranjera en un “asunto del fuero común”.
Después de que concluyó la investigación en el inmueble no se especificaron los resultados de la colaboración con la agencia estadounidense. Aunque las indagatorias se enfocaban en los padres de Paulette, Mauricio Gebara y Lizette Farah, al final las autoridades determinaron que murió por asfixia mecánica accidental.
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